madrid. Antes de llegar a la abierta crítica al totalitarismo que mostraba en Vida y destino, el escritor ruso Vasili Grossman pasó por una época de acérrima defensa de la revolución soviética, que reflejó en un libro que ve ahora la luz en castellano, Por una causa justa.
Un libro en el que ya despunta la destreza de Grossman para trazar frescos populistas a través de una interminable serie de personajes cuyas vidas se mezclan y entrelazan en una época histórica convulsa.
Si Vida y destino se centraba en la batalla de Stalingrado (junio 1942-febrero 1943), Por una causa justa comienza en abril de 1942 y se ubica en el primer año de la entrada de las tropas nazis en territorio ruso. En especial en los meses previos al cruento enfrentamiento entre rusos y alemanes que significó el comienzo del fin del Tercer Reich y en el que murieron 1,3 millones de personas.
Periodista del Estrella Roja -periódico del Ejército rojo- tras ser rechazado como combatiente, Grossman (1905-1964) vivió la Segunda Guerra Mundial como enviado especial y plasmó sus experiencias en una serie de crónicas, pero siempre le rondó la idea de escribir una novela de ficción que reflejara lo que había vivido.
Un proyecto de gran envergadura, a imagen y semejanza de Guerra y paz, de su adorado Tolstoi, que decidió repartir en varios volúmenes. El primero fue Por una causa justa, que apareció en 1952 y que le granjeó una inmediata fama en Rusia por su defensa del régimen soviético.
de la fama a la prohibición Algo que no repitió con Vida y destino, en el que demostraba que sus ideas habían cambiado radicalmente como consecuencia de sus dramáticas experiencias en la guerra. La obra fue prohibida en Rusia y solo publicada a comienzo de la década de los ochenta en Occidente, causando una gran conmoción, que finalmente permitió que viera la luz en su país de origen en 1988.
El arrollador éxito de la reedición de esta obra en 2007 ha llevado a la editorial Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores a editar Por una causa justa, que acaba de salir a la venta en el Estado y que aparecerá en el mercado latinoamericano en septiembre.
Una gran novela, tanto por su extensión como por su calidad literaria -aunque está por debajo de Vida y destino- en la que aparecen muchos de los personajes que repetirían en el segundo volumen, como la familia Sháposhnikov.
Pero en Por una causa justa aún no se le había aplacado la fiebre revolucionaria de 1917. Ni siquiera la purga estalinista de 1937 -que afectó a familiares y amigos- pudo con sus convicciones favorables al proyecto ruso.
Por una causa justa es una defensa de los ideales rusos frente al temible nazismo. Una historia con un leve tono panfletario prorruso, que se demuestra en las apariciones de Hitler y Mussolini. El escritor ruso firma un retrato caricaturesco de los dos líderes del fascismo, el movimiento responsable de todos los males, a juicio del Grossman de Por una causa justa.