sI 2010 fue un año amargo para la familia Chillida, en el que celebraron el décimo aniversario de Chillida Leku con su clausura, 2011 había empezado, tímidamente, con buenas perspectivas: la convicción compartida por las instituciones de que el museo hernaniarra se reabrirá en primavera y el anuncio del Gobierno canario de crear una fundación que se encargaría, a su vez, de convocar el concurso para hacer realidad Tindaya, el (postergado) sueño de Eduardo Chillida en Fuerteventura. Pero Asturias saludó el nuevo año con una mala noticia: una protesta sindical había llenado de pintadas la escultura Elogio del Horizonte, ubicada en el Cerro de Santa Catalina, un paraje emblemático de Gijón.
La pieza no ha tenido una vida fácil. Fue recibida con polémica: no se entendió que se invirtiera, en plena reconversión industrial, cien millones de pesetas de las de entonces por una obra que se conoce despectivamente como el water de King Kong. Pero esta vez no ha tenido nada que ver con dispares criterios artísticos. La pieza apareció recubierta de graffitis en su parte baja con consignas en contra de los despidos en la planta de Barros de la empresa Duro Felguera.
Los problemas de la escultura, no obstante, han obtenido una solución más rápida que la nueva gestión de Chillida Leku, aún por definir. Según recoge el periódico La voz de Asturias, nada más constatarse las pintadas, el concejal de Cultura de Gijón, Justo Vilabrille, anunció que los operarios de Emulsa (Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano) valorarían "el material para utilizar los productos más adecuados y que menos dañen a la escultura" y días después ya habían dado con el antídoto. Se llama hidroborradora, una máquina adquirida por Emulsa este mismo año, con un importante desembolso, según precisó el diario El Comercio, y que resulta muy efectiva, precisamente, en la limpieza de pintadas. Para asegurar la protección de la escultura, Vilabrille explicó que la hidroborradora "puede borrar la pintura de una cajetilla de tabaco, sin dañar el cartón". El Ayuntamiento se plantea ahora colocar en el Elogio, que ya luce su apariencia de siempre, cámaras de seguridad activadas las 24 horas del día para disuadir a los perpetradores de actos vandálicos.
¿Y los trabajadores? No hay acuerdo con la compañía, una filial del grupo empresarial Duro Felguera, que pretende reducir la plantilla del taller de Barros a la mitad, por lo que ahora será el Gobierno asturiano quien decida si autorizará este "ajuste" de personal.