Donostia. La 58ª edición del Zinemaldia será la última dirigida por Mikel Olaciregui. En la próxima estará al frente un miembro de su equipo, José Luis Rebordinos, que fue elegido ayer en medio de un debate acalorado en el consejo de administración del festival donostiarra.
El certamen envió anoche un comunicado en el que anunciaba que se había "decidido por unanimidad, tras una amplia deliberación" que Rebordinos esté al frente del Zinemaldia a partir del 1 de enero. Hasta entonces será adjunto a la dirección.
Rebordinos no era el único candidato. Según pudo saber este periódico, el responsable de la Unidad de Cine de Donostia Kultura, director de la Semana de Cine Fantástico y de Terror y del Festival de Cine y Derechos Humanos y miembro del equipo directivo del Zinemaldia era la apuesta del alcalde, Odón Elorza. La baza de Rebordinos, un profundo conocedor del cine en su vertiente artística y mercantil, garantiza la continuidad, una transición natural en la que, de hecho, Olaciregui seguirá participando.
Ignasi Guardans, director del Instituto de Cinematografía (ICAA) y representante del Ministerio de Cultura en el consejo del Zinemaldia, abogaba, sin embargo, por una cara nueva. Su apuesta era Paz Lázaro, programme manager de la sección Panorama del Festival de Cine de Berlín: un Zabaltegi a lo grande. Lázaro fue designada por el ICAA para formar parte este año del comité de ayudas para la producción cinematográfica en España.
El consejo de administración estaba citado a las cuatro de la tarde en el teatro Victoria Eugenia. Durante las tres primeras horas entrevistaron a los dos candidatos y después se desarrolló un tenso debate entre las cuatro instituciones: representantes del Ayuntamiento donostiarra, la Diputación de Gipuzkoa, el Gobierno Vasco y el Ministerio de Cultura.
Elorza se mostró inflexible en su apoyo a Rebordinos. El Gobierno Vasco se alineó con la postura del Ayuntamiento. La Diputación apostaba por potenciar el festival con savia nueva, pero sin perder al equipo que ha rodeado a Olaciregui. Finalmente, el Ministerio cedió para evitar un enfrentamiento político. Las fuentes consultadas situaron la clave en la negativa de Rebordinos a seguir en el comité de dirección si Lázaro era la principal responsable.
Es más, Rebordinos, que abandonará la dirección de los festivales que ha abanderado hasta ahora, habría pactado con Olaciregui que siguiera vinculado al festival para atender al mercado estadounidense. Si el responsable de la Semana de Terror no era el director y se apostaba por la candidata de Guardans, tampoco Olaciregui colaboraría.
diez años después El director del Instituto de Cinematografía hizo unas explosivas declaraciones en noviembre en las cuestionaba el Zinemaldia, que no gustaron nada al equipo de Olaciregui: "No tiene sentido que Donostia tenga mercado cinematográfico porque, ¿cuál debe ser el escaparate del cine español? El certamen de Málaga. Allí debe organizarse el gran mercado de venta de nuestro cine, para el que necesitas aeropuerto cercano, plazas hoteleras... San Sebastián no posee eso, pero sí podría alcanzar una gran implicación educativa, con master class para profesionales". Entonces se forjó un desencuentro que ahora ha podido resultar insalvable.
Curiosamente, el anterior relevo se conoció, exactamente, hace diez años, el 17 de julio de 2000. Entonces Diego Galán abandonó la dirección del festival por causas "personales". En el comunicado del certamen se aludía también a que Olaciregui "había venido manifestando en los últimos meses a las instituciones su intención de dar por finalizada esta etapa por motivos puramente personales". Desgastado tras nueve ediciones en el cargo -esta será la décima-, la lucha por sortear los recortes presupuestarios de los dos últimos años, las anomalías detectadas en algunas contrataciones del certamen que obligaron a incorporar una directora administrativo-financiero y las dudas expresadas públicamente por las instituciones sobre la filosofía que debería adoptar el certamen donostiarra han minado el ánimo de Olaciregui.
La próxima edición, que se celebrará entre el 17 y el 25 de septiembre, de la que de momento sólo se conocen los carteles oficiales y las retrospectivas que recordarán al director Don Siegel y reivindicarán el nuevo cine documental, será su testamento cinematográfico.