bilbao. La banda australiana AC/DC cerró el lunes su larga gira Black Ice convirtiendo la catedral de San Mamés en un templo diabólico abarrotado por 40.000 seguidores que disfrutaron desde el primer momento con el show del grupo, especialmente con Angus Young. AC/DC se ajustó milimétricamente a los que fueron los anteriores conciertos de la gira, tanto en el listado de canciones, con la ya consabida introducción de High voltage, como en el espectáculo, lo que por otra parte era lo que esperaban y deseaban sus seguidores, que gozaron de su hard rock potente y sencillo, marcado por los riffs de Angus Young y la voz aguda y cascada de Brian Johnson (en la imagen, con los brazos en alto). Foto: efe