LAs distintas expresiones plásticas que el arte de cúchares o tauromaquia y la faceta mitológica del toro han despertado en los artistas a lo largo de la historia, protagonizan hasta el próximo 5 de septiembre la programación expositiva del Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Concebida inicialmente como un homenaje al taurino Club Cocherito de Bilbao por el centenario de su existencia, esta singular muestra, titulada Taurus, del mito al ritual, ha crecido durante su gestación hasta convertirse en una profunda y exhaustiva revisión del mito del toro en la civilización europea y de su relación con la cultura española y mediterránea.

La exposición, producida en solitario por el Museo de Bellas Artes de Bilbao y comisariada por el director de la pinacoteca, Javier Viar, exhibe 208 obras, tanto en formato escultura, como pintura, dibujos o cerámicas, que van desde el año 1.200 antes de Cristo hasta la actualidad.

Viar, quien aseguró no conocer la existencia de precedentes de una exposición similar en extensión y detalle, precisó que la muestra "aporta muchísimas lecturas sobre la figura del toro a través de la historia y la tauromaquia moderna".

La muestra intenta revelar, a través de las obras de arte de creadores como Goya, Picasso, Carnicero, Luis Fernández, Zuloaga, Beacon o André Massón, "cómo el toro ha sido un elemento cultural muy importante desde la prehistoria, y cómo el arte de su lidia no es ninguna frivolidad, sino que tiene muchos miles de años detrás de sí".

La exposición acoge en sus apartados finales, denominados La tragedia y la gloria y Después de la fiesta una "visión de España y, por tanto del toreo y de la fiesta, amarga, oscura y desencantada", explicó.

Esta otra mirada se ofrece al espectador a través de obras significativas como Corrida de toros y Cabeza de toro muerto, ambas del asturiano Luis Fernández; La muerte de un torero, del onubense Daniel Vázquez Díaz y La víctima de la fiesta, de Ignacio Zuloaga en el que, un cabizbajo picador regresa a casa tras la lidia en un famélico caballo blanco cubierto de roja sangre.

La muestra se divide -señaló- en dos grandes apartados denominados El mito y los mitos del toro, en el que se analizan las distintas leyendas relacionadas con esta figura desde la prehistoria a la civilización romana, como el Toro de Creta, el Minotauro o el Rapto de Europa, y El ritual de la fiesta, más centradas en lo relacionado con la lidia del toro.

La pieza más antigua exhibida en esta colección, y prestada para la ocasión, al igual que muchas otras, por medio centenar de museos y colecciones internacionales, es una vasija funeraria de terracota con figura de toro, procedente de Irán y fechada hacia el año 1.200 a.C.

A esta primera obra le acompañan otras valiosas piezas arqueológicas como dos ánforas griegas de los siglos V y VI (a.C.), prestadas por el British Museum; un toro de Porcuna, realizado en caliza en el año 600 a.C., cedido por el Museo de Jaén, o dos bronces representando los cuernos de un toro, del siglo I, cedidos por el Arqueológico de Catalunya.

La muestra también reúne las series de célebres grabados como La tauromaquia y Los toros de Burdeos, de Goya; El toro y La tauromaquia o el arte de torear, de Picasso y Las principales suertes de una corrida de toros, de Antonio Carnicero, realizada a finales del siglo XVIII.