Londres. Contrariamente a su imagen de leyenda, proyectada por el cine, Vincent van Gogh no era un "genio loco", un "maníaco" que creaba a golpe de inspiración visionaria, sino un artista tremendamente "trabajador y concienzudo". "Se cree que sufría algún tipo de epilepsia, pero no trabajaba cuando se encontraba en ese estado", señala a Efe la experta británica Ann Dumas, que prepara la exposición El auténtico Van Gogh: el artista y sus cartas, que podrá verse en la Royal Academy of Arts de Londres desde enero .

"Es cierto que era una personalidad apasionada, pero al mismo tiempo tenía una gran cultura, fruto de su voracidad lectora", agrega Dumas, según la cual entre sus autores favoritos estaban William Shakespeare, George Eliot o Charles Dickens, a los que podía leer directamente en inglés. "Van Gogh era además un excelente escritor", afirma la experta, que dice que la exposición podría haberse titulado también Van Gogh, escritor y artista.

La muestra La Royal Academy reunirá, junto a 65 pinturas y 30 dibujos, cerca de 40 cartas escogidas, según Dumas, de entre el centenar que contienen dibujos mediante los cuales el pintor informaba visualmente a su hermano, Theo, del cuadro en el que estaba ocupado o que acababa de pintar.

Van Gogh fue un artista tremendamente prolífico ya que en los diez años de actividad artística de su corta vida (1853-1850), produjo más de 800 cuadros y 1.200 dibujos. Pero fue también un asiduo escritor de cartas: se conservan 902, de ellas 800 en el museo Van Gogh, de Amsterdam, que constituyen un testimonio excepcional sobre la evolución de su arte y sus opiniones en torno a otros pintores o escritores como Delacroix, Degas, Émile Zola o Dickens.

La mayoría están dirigidas a su hermano, que apoyó a Vincent económicaente durante toda su vida, pero Van Gogh escribió también a otros familiares, como su hermana, Wilhelmina, o a otros artistas, entre ellos Anton Van Rappard, Emile Bernard, Paul Gauguin o el australiano George Russell.

Antes de dedicarse a la pintura, Van Gogh trabajó como su hermano varios años -tres de ellos en Londres- como marchante para la firma Goupil & Cie, en la que trabajaban también sus tíos. Se sabe que visitó la Royal Academy of Arts y también la Dulwich Gallery, señala Dumas, según la cual durante su etapa de marchante pudo ver no sólo cuadros de la escuela holandesa y la francesa de Barbizon (Corot, Rousseau, Millet, Daubigny), sino también muchas reproducciones de obras de arte con las que trabajaba también aquella firma de marchantes.

"Van Gogh coleccionó numerosas fotografías y estampas de revistas británicas, entre otras. Estaba muy interesado en todo tipo de material visual", explica Dumas.

Para la exposición londinense, la Royal Academy no ha conseguido que viajara ninguna de las cartas dirigidas a Émile Bernard que se conservan en la colección del Morgan Library & Museum de Nueva York ya que estuvieron ya expuestas durante algunos meses en aquella ciudad y son muy sensibles a la luz.

Sí vendrán, en cambio, otras igualmente o más importantes, explica Dumas, incluidas las dos últimas que escribió a su hermano poco antes de quitarse la vida en un campo cerca de Auvers. Vincent llegó a poner en el correo una de ellas, la de tono más optimista, mientras que la otra la llevaba encima en el momento de efectuar el disparo fatal.