donostia. El fiscal y la acusación particular creen que Porcelanas Bidasoa plagió una vajilla de Andrés Nagel porque los dos procesados por esta causa lo autorizaron, un argumento que rechazaron las defensas, que no ven en este caso delito penal y que consideran que al artista sólo le mueven razones económicas.

Los representantes legales del escultor vasco, sin embargo, insistieron ayer en reivindicar el perjuicio moral causado y reclamaron por ello una indemnización para que de esta forma quede protegido "el esfuerzo creador".

Lo hicieron en la última sesión del juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 3 de Donostia, en el que comparecieron como acusados el director gerente y administrador de la empresa hasta enero de 2004 y el responsable del departamento comercial, que antes fue jefe de ventas y que aunque no desempeñó el primer cargo de manera formal sí lo hizo en la práctica, según el Ministerio Público.

La acusación particular mantiene para ambos su solicitud de cuatro años y diez meses de cárcel, y el fiscal los dos años que había pedido inicialmente, aunque ha suprimido la petición de multa de 12.000 euros para el gerente de la compañía.

El fiscal se adhirió a la responsabilidad civil reclamada por los letrados de Nagel, que pidieron una indemnización por daños materiales de 17.137 euros -pagados ya iniciado el procedimiento judicial- y otra por daños morales, consistente en una cantidad igual a los ingresos derivados de la venta de las piezas de la vajilla presuntamente plagiada, pendiente de cuantificar.

Las defensas solicitaron la libre absolución por un caso que, en su opinión, tendría que haberse resuelto por la vía civil, ya que entienden que lo único que había que dirimir era la compensación económica que debía recibir Nagel por haberse comercializado bajo el nombre de AZ su vajilla Arzak, para la que había cedido los derechos de explotación y a la que aseguran que sólo se hicieron cambios por meros motivos prácticos para su fabricación industrial.

Las acusaciones cree, por el contrario, que no pueden extenderse los derechos de explotación porque se trata de un plagio y fueron alteraciones hechas sin el consentimiento del autor, que diseñó esa vajilla para el cocinero Juan María Arzak y no supo de la existencia de la AZ hasta que no la vio en una tienda.

El abogado del responsable comercial dijo que "carece de lógica" que Nagel nunca viera ninguna de las piezas de AZ en sus visitas a la empresa, mientras que la defensa del anterior gerente de Porcelanas Bidasoa aseguró en la exposición de su informe que el artista persigue "brillo mediático" y la vía civil "tiene menos oropel" que la penal.