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Caravaggio y Bacon, dos pintores atormentados, se citan en Roma

los dos artistas son los intérpretes más revolucionarios de la figura humana La galería Borghese celebra los 400 años de la muerte del pintor del claroscuro y los 100 del nacimiento del británico

Caravaggio y Bacon, dos pintores atormentados, se citan en RomaFoto: efe

roma. Las obras de dos grandes maestros Caravaggio y Francis Bacon, dos pintores malditos que han expresado en su obra el tormento de la existencia con la misma intensidad y genialidad inventiva, se exponen desde hoy en la Galería Borghese de Roma en la muestra Caravaggio-Bacon.

La Galería rememora así que hace casi 400 años murió Caravaggio (1571-1610), el pintor del claroscuro, y que hace 100 nació uno de los grandes artistas de la segunda mitad del siglo XX, el británico Francis Bacon. La exposición combina pinturas de Caravaggio y de Bacon que invitan al espectador a una excepcional experiencia estética, más que didáctica, sin teorizar sobre las posibles influencias del italiano sobre el británico.

"Bacon no tiene nada de Caravaggio y no se ha inspirado en él, pero si hay un artista de nuestro tiempo que puede ser equiparado a Caravaggio es precisamente Bacon", según Maurizio Calvesi, un experto en el pintor italiano.

Ambos artistas atormentados y malditos y lejanos en el tiempo, sin embargo, tenían aficiones comunes, como por ejemplo el gusto por los juegos de azar: Caravaggio en las hosterías romanas en los últimos años del Cinquecento y principios del Seicento, y Francis Bacon en los casinos de Montecarlo. Después pintaban con rapidez, casi con furia, sus cuadros, la mayoría de las veces destruyéndolos para volver a empezar, según refirió Calvesi.

originalidad Caravaggio y Francis Bacon son los intérpretes más revolucionarios de la representación de la figura humana.

Ambos, en la variedad de su poética y su tiempo, han penetrado con revolucionaria originalidad en el misterio de la existencia del arte, representando la verdad espiritual en la más traumática inmediatez de la carne, explica la comisaria de la exposición, Anna Coliva.

La relación de Bacon con el arte del pasado fue, además, a través de la fotografía que la interpone entre el original y su pincel, como hizo con el retrato de Inocencio X de Velazquez, que evitó verlo y se rodeó de imágenes del cuadro de una forma casi obsesiva, señala Luigi Ficacci, uno de los autores del catálogo Caravaggio-Bacon.

Los dos maestros usaban mucho el negro para crear el contraste entre luces y sombras, elegían el retrato como elemento central de su obra y transformaban la figura humana en un concentrado de emociones.

Para Bacon el uso del negro significaba una visión angustiosa de la realidad, que atravesaba el inconsciente, para emerger de una forma "monstruosa", mientras que en Caravaggio es más bien una preocupación, un ansia de salvación, no es una angustia como la de Bacon, que es típica de la edad moderna, refiere Calvesi.