La serie mexicana Celda 211, recién estrenada en Netflix, “no es una tropicalización” de México, es una adaptación que evidencia “la falta de justicia que hay en el país y también las condiciones inhumanas que se viven dentro de las cárceles”, afirma el actor Diego Calva.

Esta es la segunda vez que Celda 211, novela escrita por Francisco Pérez Gandul en 2004, aterriza en la industria audiovisual para mostrar las injusticias vividas en los sistemas penitenciarios, pues fue en 2009 cuando el director Daniel Monzón rodó un largometraje, con el mismo título, acerca de un motín en una cárcel.

En su momento, la adaptación española fue un éxito que consiguió ocho premios Goya, pero en esta serie dirigida por los mexicanos Jaime Reynoso y Gerardo Naranjo hay “algo muy único y distinto. Otro tipo de voces, otro tipo de temas”, dice Calva, quien da vida a Juan Oliver, un abogado de derechos humanos que cambia su identidad por la de un recluso para sobrevivir.

Esta producción de seis episodios mira la realidad mexicana retratando el motín ocurrido en enero de 2023 en el Centro de Reinserción Social para Adultos 3 de Ciudad Juárez, donde murieron 17 personas, entre oficiales de seguridad y reclusos.

Al tratar problemas de corrupción, narcotráfico, violencia y abandono penitenciario, Calva considera que esta adaptación va a “incomodar a quien se tenga que incomodar”, pero lo más importante es que la gente “la vea y conecte” con la trama.

Elementos diferenciadores

“De Texas para abajo, yo creo que toda la gente va a conectar muy fuerte. Creo que es una realidad del estado del sistema penitenciario de casi cualquier país latinoamericano, entonces definitivamente se espera una reflexión”, subraya el nominado a los Globos de Oro por su actuación en la película Babylon.

Algo distinto en esta adaptación es el papel de Elena (Ana Sofía Gatica), la esposa embarazada de Juan Oliver, que tiene un rol más “crecido” que en la película española. Gatica cuenta que meditaba mucho sobre “estas dos cárceles: la que está dentro y el infierno que vive por fuera Elena”, por lo que era importante “reflejar la fuerza de una mujer en búsqueda de su pareja y de la verdad”.

Calva agrega que Celda 211 toca temas duros, pero a la vez algo “bonito”, y es que la sociedad se cuida a sí misma y que “hay quien no va a quitar el dedo del renglón por la búsqueda de la verdad”.

Gatica recuerda que para ella esta serie “es un reflejo de lo que se vive en México, un recordatorio de la cruda realidad, de cómo las mujeres cuando nombran las cosas pueden volverse incómodas”.