El grupo de investigación ENEDI de la EHU ha estudiado cómo rehabilitar los edificios de alquiler social de Euskadi en el apartado energético utilizando, para ello, energías limpias y renovables. Para ello, se ha basado en el Plan Zero del Gobierno vasco y ha analizado las tecnologías fomentadas desde la Unión Europea. De esta manera, el análisis se ha centrado en un sistema que combina paneles fotovoltaicos y bombas de calor, una hibridación que permitiría brindar energía térmica limpia a las construcciones destinadas a vivienda social.

Según explica la investigación, el elevado número de viviendas en el parque de alquiler público de Euskadi, más de 7.600, y el cambiante perfil de los arrendadores en cuanto a las necesidades energéticas complican la rehabilitación de los edificios en esta materia. Por tanto, para cumplir con la legislación europea, que requiere llevar a cabo acciones basadas en energías verdes para cumplir los objetivos climáticos, el estudio ha logrado establecer prioridades para la rehabilitación de los edificios, lo que permite seleccionar los más adecuados para implantar el sistema híbrido.

En estas estructuras, “la electricidad producida en los paneles fotovoltaicos del tejado se utiliza para alimentar las bombas de calor. Las bombas de calor, aprovechando el calor del aire y a través de un ciclo termodinámico de refrigeración, transfieren el calor a los radiadores”, según el ingeniero e investigador Mikel Garro, que firma el estudio como parte de su tesis doctoral. El objetivo, dice, es centralizar la demanda térmica de los edificios de alquiler público y distribuirla desde la bomba de calor a todas las viviendas, tarea para la que las bombas de calor aerotérmicas son “ideales”.

‘Ranking’ de prioridad

Para elaborar el orden de prioridad de actuación, se tienen en cuenta la cubierta útil de los edificios para captar energía solar y los consumos de electricidad y calefacción. Para obtener la información necesaria, el estudio se ha valido del Plan Zero de Alokabide y de la colaboración del Laboratorio de Control de Calidad de la Edificación del Departamento de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno vasco.

Estos indicadores muestran el tipo de edificio adecuado para instalar el sistema híbrido y utilizan los valores por hora, por un lado, de la radiación solar que llega a las superficies útiles y, por el otro, de la demanda de energía del conjunto de residentes. Esta combinación ofrece una gran precisión en función de la estación y la hora, una metodología que “se puede usar también en otros lugares”.

“En los tejados, la capacidad para captar energía solar es mayor porque hay valores de radiación más altos y, por tanto, la producción fotovoltaica es mayor”, explica Garro. A pesar de ello, ha quedado demostrado que los edificios con mayor superficie útil no necesariamente deben ser los primeros en el orden, ya que el uso de la vivienda por sus ocupantes es un factor crucial.

Asimismo, aunque el análisis tiene en cuenta “los datos más significativos”, el autor admite que faltan algunos que se pueden implementar en el futuro: “Hemos analizado el sistema de calentamiento de los edificios, pero no el sistema de calentamiento del agua sanitaria”. Por ello, avanza Garro, “ahora estamos creando un modelo para tener en cuenta más variables”.

Por ahora, los resultados muestran que Araba es el territorio en el que el sistema híbrido podría ofrecer mejores resultados, gracias a que, “en general, los edificios son más bajos, no son tan altos”, según explica el investigador. Por este motivo, “la demanda térmica total también suele ser más baja” y, por lo tanto, “la hibridación que analizamos es muy adecuada para la rehabilitación energética de este tipo de edificios de alquiler social”.