En el informe  Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién?, que está disponible en su biblioteca digital, la Unesco llega a conclusiones muy interesantes que ofrecen contexto a la situación actual, entre ellas estas:

- La tecnología ofrece la esperanza de una educación a millones de personas, pero excluye a muchas más. Aunque el uso de la tecnología puede posibilitar el acceso de algunos estudiantes al currículo y acelerar algunos resultados del aprendizaje, la digitalización de la educación conlleva el riesgo de beneficiar a estudiantes ya privilegiados y de marginar aún más a otros, con el consiguiente aumento de la desigualdad en el aprendizaje.

- La tecnología educativa puede mejorar ciertas modalidades de aprendizaje en determinados contextos, sin embargo, la Unesco subraya que debe centrarse en los resultados del aprendizaje, no en el aporte tecnológico, y que no es necesario que sea avanzada para que sea efectiva. Además, indican que la tecnología puede tener un efecto perjudicial si se utiliza de manera inapropiada o excesiva: los datos de evaluaciones internacionales a gran escala, como los que ofrece el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, sugieren una relación negativa entre un uso excesivo de las TIC y los resultados académicos del alumnado. En 14 países, se ha concluido que el mero hecho de estar cerca de un dispositivo móvil distrae al alumnado y tiene un efecto negativo en el aprendizaje.

- Todos los países han invertido en el uso de la tecnología digital en la educación hasta cierto punto. Para justificar las inversiones de los países se esgrimen más los argumentos empresariales que los educativos. A menudo las inversiones se basan en la creencia de que la tecnología es un bien por sí misma. En lugar de evaluar la mejora en el aprendizaje, se evalúa la cantidad invertida en tecnología.

- El rápido ritmo de cambio tecnológico dificulta la adaptación de los sistemas educativos. Los países están empezando a definir las competencias digitales que desean priorizar en los currículos y las normas de evaluación. El 54% de los países de todo el mundo cuentan con normas sobre competencias digitales, pero la Unesco advierte que a menudo estas han sido definidas por actores no estatales y, en gran medida, comerciales.

- La tecnología suele adquirirse para llenar un vacío sin tener presentes los costos a largo plazo para los presupuestos nacionales, para el bienestar de la infancia y para el planeta. Es importante que las decisiones de contratación tengan en cuenta la sostenibilidad. La vida útil y los costes ocultos a largo plazo de los productos y servicios son fundamentales. Se calcula que la inversión inicial en tecnología educativa representa el 25% o menos del coste total final. Además los aparatos generan un exceso de residuos electrónicos. Prolongar un año la vida útil de todos los teléfonos inteligentes de la Unión Europea equivaldría a retirar de la circulación más de 1.000.000 de coches en términos de emisiones de carbono.

- A la Unesco le preocupa que el ámbito comercial y el bien común avancen en distintas direcciones, sobre todo la creciente influencia de la industria de la tecnología educativa, en la política relacionada con la educación, tanto a nivel nacional como internacional. Un claro ejemplo es la frecuencia con la que se incumple la promesa de proporcionar recursos educativos de libre acceso y de convertir Internet en una puerta de acceso al contenido educativo. Es necesario comprender y dar a conocer los intereses que subyacen al uso de la tecnología digital en la educación a fin de garantizar que el bien común sea la prioridad de los gobiernos y educadores.

- El uso de la tecnología implica pasar largos periodos de tiempo usando dispositivos y frente a pantallas. La educación es especialmente vulnerable a los excesos en ambos aspectos, lo que agrava los riesgos para la salud y el bienestar general. La Unesco subraya que los expertos demandan cada vez más intervenciones públicas y límites al tiempo frente a las pantallas. Estudios realizados en Bélgica, España y el Reino Unido demuestran que prohibir los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento académico, especialmente en el caso del alumnado con bajo rendimiento.

- Por último, la Unesco informa de que algunos países han prohibido el uso de determinadas aplicaciones en el ámbito educativo por los problemas de privacidad que plantean al recoger datos del usuario que son innecesarios para que las aplicaciones funcionen. En Dinamarca, una evaluación de impacto sobre la protección de datos realizada por el municipio de Helsingør en relación con Google Workspace for Education y los Chromebook llevó a prohibir su uso en las escuelas. El Ministerio de Educación y Juventud de Francia ha prohibido las versiones gratuitas de Microsoft Office 365 y Google Workspace for Education en las escuelas. En Alemania, los productos de Microsoft han sido prohibidos en los estados de Baden-Württemberg y Hessen porque no cumplen el RGPD. La Autoridad de Protección de Datos neerlandesa propuso prohibir los Chromebook y Google Workspace for Education en las escuelas hasta agosto de 2023 por incumplimiento de la normativa sobre protección de datos y privacidad de los menores. Varias escuelas y universidades de Estados Unidos también han empezado a prohibir TikTok y otras plataformas.