La línea que separa la ambición legitima de los grandes campeones, que entre otras cosas, por eso logran semejantes metas, y la codicia es tan estrecha que en ocasiones es difusa. Es difícil establecer esa frontera.

Tadej Pogacar –el emperador del ciclismo, nuevamente el mejor en el ranking UCI por delante de Evenepoel y Philipsen en una campaña exuberante con la conquista del Giro (6 etapas), el Tour (6 etapas), el Mundial y dos monumentos, Lieja e Il Lombardia, entre otros laureles hasta sumar 25– no quiere atravesar ese linde que, a la larga puede ser un problema.

Es sabido que el esloveno desea seguir haciendo historia, pero entiende que la avaricia puede acabar rompiendo el saco y los equilibrios en una formación que acumula varias estrellas. 

“Ganar las tres grandes vueltas en un año es factible, quizás cuando sea un poco más mayor, pero respeto a mis compañeros de equipo. Sabemos que el UAE siempre tiene potencial para ganar una gran vuelta, incluso si yo no estoy allí. No hay necesidad de ser codicioso dentro de mi equipo. No quiero buscarme enemigos donde me siento como en casa”, analizó el esloveno en una entrevista reciente en Delo

La obsesión arcoíris

Pogacar, que probablemente busque otro doblete entre las grandes (el Tour es innegociable) también se sinceró respecto a la sensación de sentirse menos querido por parte de sus compatriotas. “Hace uno o dos años tuve la sensación de que los eslovenos no me veían como uno de ellos", indicó.

"No creo necesariamente que me falten seguidores entre mis compatriotas, pero los que difunden negatividad suelen ser los más visibles. Espero que, poco a poco, todos se den cuenta de lo que hemos logrado juntos con Roglic, Mohoric, Tratnik, Domen Novak y otros”, expuso el esloveno.

Reconoce de alguna manera Pogacar que se obsesionó con la conquista del Mundial, una misión para él. “Quería el maillot arcoíris. Al final, el amarillo del Tour y el rosa del Giro los llevas un máximo de tres semanas, el arcoíris lo luces toda la temporada”, certificó el astro esloveno, que piensa en los próximos desafíos que el esperan para seguir haciendo historia.