Dice el mito ciclista que la Flecha Valona no es una carrera para degustar durante kilómetros y kilómetros. Y lo cierto es que sí, que al espectador le suele valer con conectarse para el último cuarto de hora final, de cara la decisiva subida final al muro de Huy. Sin embargo, quien este miércoles optara por semejante actitud se sorprendería al encender la televisión y comprobar cómo un reducido grupo de 30 corredores comandaba la prueba de camino a su desenlace: con cinco integrantes del Uno X noruego, con nutrida representación del Décathlon Ag2R, con Carapaz (EF Education), con Stephen Williams (Israel)... Pero sin Tom Pidcock ni ningún Ineos; sin Hirschi, Ayuso ni ningún UAE; sin Mattias Skjelmose (Lidl-Trek) ni Mauri Vansevenant (Soudal); sin vascos... 

¿Qué había pasado? Pues el tiempo, simplemente el tiempo, no el que marcan las manecillas del reloj y sí el relativo a la meteorología. Lluvia. Viento. Y una temperatura de cuatro grados que, sobre una bicicleta y a 45 kilómetros por hora, produce sensaciones bastante más gélidas que las que dicta el mercurio. De la curiosa y bonita batalla entre candidatos alternativos terminó emergiendo el mencionado Stephen Williams, galés de 27 años que levantó los brazos vestido como durante una pretemporada invernal: chaqueta, guantes largos y perneras. La escabechina había arrancado dos horas antes.

De inicio, la carrera, sobre seco e incluso con algún rayito de sol, sí había respondido a la configuración esperada. Enseguida se formó la fuga del día, un grupo de seis con Txomin Juaristi (Euskaltel-Euskadi) acreditando fortaleza en ella. Los equipos de los teóricos favoritos, mientras, no tardaron en controlar el ritmo del pelotón. Ineos. Lidl-Trek. UAE. Así, hasta que el cielo empezó a descargar agua, con frío y rachas de viento lateral que a 90 kilómetros de la llegada ya hacían mella: cortes, amagos de abanicos, gallos quedando descolgados... A 60 de meta, en el segundo de los cuatro pasos por Huy, se hizo la criba definitiva, con todos los grandes favoritos quedando fuera de combate y el danés Soren Kragh Andersen (Alpecin) lanzando el primer envite serio.

Aguantaba ahí Pello Bilbao entre los perseguidores, con otros 50 ciclistas, aunque más adelante un arreón de su compañero Buitrago, de Carapaz, de Van Gils y del a la postre vencedor eliminaría de la ecuación al gernikarra. No fue ese el movimiento clave, en cualquier caso. Un pelotón ya más reducido y empujado por hasta cinco ciclistas nórdicos (significativo) del Uno X provocaría finalmente un reagrupamiento general que lo dejó todo para el último kilómetro: Igor Astarloa, en 2003, sigue siendo a día de hoy el último ciclista que ha ganado la Flecha Valona gracias a una escapada. Desde entonces, todas las ediciones se las han disputado grupos más o menos reducidos, pelotones incluso, encumbrando esta a un corredor que suma ocho victorias como profesional y cuya arrancada sobre rampas del 20% apenas encontró respuestas, si acaso la de Kévin Vauquelin (Arkéa), segundo. Una vez festejado el triunfo, Williams atendió a la prensa en plumífero. 

NIEWIADOMA, CINCO AÑOS DESPUÉS

La polaca Katarzyna Niewiadoma (Canyon/SRAM) terminó este miércoles con una larga y sorprendente sequía de cinco años sin levantar los brazos, adjudicándose la prueba femenina de la Flecha Valona. Niewiadoma, una de las corredoras con mayor nivel en el pelotón, no ganaba desde 2019, cuando venció una etapa en el OVO Energy Women’s Tour en Gran Bretaña. ESte miércoles superó en Huy a Demi Vollering (SD Worx) y Elisa Longo Borghini (Lidl-Trek), segunda y tercera respectivamente. Ane Santesteban (Laboral Kutxa) logró una meritoria décima plaza. Sus compañeras de equipo Usoa Ostolaza e Idoia Eraso se clasificaron 68ª y 99ª.