Segundo en Labastida, tercero en Santurtzi, quinto en Amorebieta y séptimo en la jornada reina de Eibar, un calco esta a la de este mismo sábado. El ciclista suizo Mauro Schmid, defendiendo entonces los colores del Soudal-Quick Step, completó hace solo un año una Itzulia para enmarcar, finalizando cuatro de las seis etapas entre los diez primeros y rematando con una undécima plaza en la general que tampoco terminó de reflejar lo más importante, aquello de las sensaciones. Subiendo Trabakua, ya en los kilómetros finales de la pasada edición, puso en jaque al Jumbo de Vingegaard con un ataque de quilates que ahora mismo no está capacitado para repetir. “Esta vez he venido para adquirir rodaje y ritmo de competición. Es lo que hay”.

Se acabó. La Itzulia 2024 ya es historia. Quedará en el recuerdo por la victoria de Juan Ayuso, porque a los campeones siempre hay que otorgarles el lugar que merecen. Pero perdurará sobre todo en las memorias txirrindularis por ese tremendo accidente del jueves que se llevó por delante a los principales favoritos. El balance general de la carrera se nos presenta así con elevadas dosis de frialdad, una circunstancia que paliará el paso del tiempo y, por qué no, la aparición futura de historias curiosas e interesantes. Quizás el propio Mauro Schmid protagonice una de ellas el próximo septiembre, por mucho que su lectura de este último periplo vasco resulte muy modesta. “Necesitaba correr y siento que he ido mejorando día a día. Era de lo que se trataba”. ¿Y ahora qué? Reclamado por la prensa en 2023 y concediendo entonces entrevistas aquí y allá, lo explica esta vez desde un discreto segundo plano.

Molestias

Comencemos por el principio, por las presentaciones. Schmid es un todavía joven y prometedor ciclista (24 años) que en 2021 ganó una etapa del Giro con el Qhubeka y que corrió las dos últimas temporadas con el citado Soudal-Quick Step belga, agregando tres victorias más a su palmarés. “Allí pude aprender mucho y progresar como ciclista”. Pero, una vez expirado su contrato, apostó por marcharse. Ahora corre en el Jayco AlUla, y el cambio de aires le generó este invierno tal ilusión que retomó los entrenamientos “demasiado rápido”. “Todo venía de atrás”, relata el ciclista suizo en un perfecto inglés. “Acabé la pasada temporada con unas molestias importantes en la rodilla y en la zona de la cadera. Esperaba que desaparecieran con el descanso entre campaña y campaña, pero volvieron en cuanto regresé a los entrenamientos. Quizás tuviera demasiada prisa”. 

Fichar por un nuevo equipo había alimentado sus ganas de asfalto. Y además también provocó los clásicos daños colaterales. “Sí, definitivamente ha sido una concatenación de pequeñas cosas. Terminé renqueante el año pasado, y el cambio de material tampoco ha ayudado: nueva bicicleta, nuevas zapatillas... Dejo atrás meses difíciles. Parecía que el dolor de rodilla desaparecía con reposo, pero luego me montaba en la bici y ahí estaba. Afortunadamente, en las últimas tres o cuatro semanas ya he podido entrenar sin ningún problema”.

Como consecuencia de todo ello, Schmid no ha podido estrenar el maillot del Jayco AlUla hasta el pasado sábado en Estella. Se ha rodado en mayor medida durante la última semana por carreteras vascas, figurando incluso en la postrera fuga del viernes. Y mira ya al futuro desde una perspectiva realista. “Ahora voy a las clásicas de las Ardenas. Y luego prepararé con mimo la Vuelta a Suiza, en la que pienso que podré ofrecer ya un rendimiento competitivo, cerca de mi mejor nivel”. Se refiere Schmid a la carrera de casa, aunque, puestos a mirar al calendario local, ahí está el Mundial de Zúrich. “Lo enfoco, personalmente, como el gran objetivo de la temporada”. Mauro es de Bulach, a solo diez kilómetros de la ciudad helvética, y espera que la “mayor libertad” que tendrá en este equipo respecto a su etapa en el Soudal le ayude a afrontar con garantías la gran cita del año. El arco iris supone palabras mayores... Pero quizás recordemos con cariño, dentro de cinco meses, que la gran sorpresa del Campeonato del Mundo abrió su temporada en Euskal Herria. Potencial tiene.