Quizás la gente esperara ayer a algún corredor del Caja Rural en la escapada del día, pero nuestro plan era otro. En esta Itzulia prácticamente no hay velocistas puros, y nosotros tenemos al venezolano Orluis Aular, un ciclista rápido que está en buena forma. Queríamos apostar por él para la llegada de Kanbo, vigilando antes, eso sí, cómo se formaba la fuga. Si se marchaba un grupo grande, teníamos que estar ahí sí o sí. Pero si se iban solo cinco corredores, como terminó ocurriendo, podíamos dejarlo hacer, quedándonos todos atrás para arropar a Orluis.

Dieron la salida lanzada en el repecho de salida de Behobia. Fueron dos kilómetros de subida en los que llegamos a meternos en los primeros cortes. Yo mismo estuve en un par. Pero la escapada no se formó ahí, y sí bajando luego hacia Urruña. Tampoco nos importó mucho, porque teníamos esa baza de Aular. Lástima que luego se quedara cortado a solo cuatro kilómetros de meta, como consecuencia de una caída que hubo en el pelotón. Guillermo Silva y Joel Nicolau sí pudieron superar ese momento en la parte delantera, y el propio Guillermo esprintó para ser sexto, un buen resultado que nos dejó, en líneas generales, un sabor agridulce, porque con Orluis aspirábamos incluso a más.

En cualquier caso, el balance de la jornada resultó bueno, porque mucha gente se fue al suelo y no tuvimos en el equipo percances de importancia. El mayor peligro de las carreteras en Iparralde reside en todas las rotondas y en el mobiliario urbano que hay en las travesías de los pueblos. Pero, aunque se fue muy rápido durante los últimos 50 kilómetros, estamos todos bien para afrontar hoy la tercera etapa. Parece que viene calor... pero ayer no pasamos frío precisamente, con el ritmo que se gasta en el World Tour.