Aranburu (Ezkio, 1995) explica durante la entrevista que había tenido un invierno “perfecto” y que, tal y como demostraron luego sus primeros resultados, llegó en muy buena disposición al inicio de la temporada. Sin embargo, todo se torció a finales de enero durante la Challenge de Mallorca, mediante una inoportuna caída que dio al traste con toda la preparación.

¿Qué tal se encuentra?

Estoy en el Teide, no te voy a decir que empezando otra vez desde cero, pero casi. Antes de venir a las Canarias, cuando en casa pude hacer ya entrenamientos de cuatro o cinco horas, pensé que me estaba poniendo rápidamente en forma. Pero aquí, comparándome con otros ciclistas como Ruben Guerreiro (Movistar) o los hermanos Izagirre, me he dado cuenta de que todavía me falta...

¿Ha resultado su lesión más grave de lo inicialmente previsto?

Sí, sí. Es que al principio me hablaron de una fisura en la clavícula, pero una semana después fui a la revisión y me dijeron que, aunque no había desplazamiento, sí existía una fractura total. Con semejante diagnóstico, tocó parar por completo durante tres semanas, y eso que los médicos me acortaron los plazos que serían habituales para cualquier persona, por aquello de que soy profesional y de que tenía que volver a entrenar cuanto antes. Después, cuando arranqué ya con el rodillo, me costó mucho empezar a apoyar el brazo lesionado, porque sentía bastante dolor.

¿Cómo recuerda la caída?

Las carreteras en Mallorca no están muy allá, así que las bajadas suelen resultar peligrosas. En el tramo final de cada subida había que apretar, para empezarla bajada bien situados. En uno de esos esprints, cuesta arriba, se me cruzó por delante otro ciclista. Hice el afilador... y a tomar por culo todo.

Veo que todavía le duele aquello.

Sí, pero no tanto por el golpe físico como por lo que significó la caída: una preparación entera que se va a la mierda. Durante el invierno todo había ido muy bien, sin molestias ni épocas de muy mal tiempo que me impidieran entrenar. Después debuté en la nueva clásica de Castellón y fui tercero. Y finalmente, ya en Mallorca, estaba andando muy bien hasta que llegó la caída... Ya te digo que me dolió, sobe todo, por lo bien encaminado que estaba hacia los grandes objetivos de la primera mitad del año, Itzulia y Ardenas.

“En Mallorca me hablaron únicamente de una fisura, pero la revisión posterior mostró que la clavícula estaba completamente rota”

Después de la Challenge y antes de las pruebas que cita, debía correr en Comunitat Valenciana, Bélgica, París-Niza y Milán-San Remo.

Eso es. Y ahora, incluso habiéndome caído en Mallorca, el calendario tampoco me cambia mucho. Estella el sábado, Itzulia, Ardenas... Igual estiramos luego hasta Romandía. Y en mayo pararé, para retomar después con Dauphiné y Tour.

¿Podemos esperar algo de usted en la Itzulia que ya se avecina?

Bueno... Yo estoy intentando llegar lo mejor posible, pero no hablamos de una carrera precisamente ideal para volver a arrancar. Es la prueba de casa y por lo tanto se afronta con ilusión, pero al mismo tiempo resulta siempre muy dura, más aún con la gente que viene este año a disputarla.

¿Qué me dice del recorrido?

Que las claves estarán en la crono del primer día y en la etapa final de Eibar, dos días en los que yo tendré poco que hacer. Respecto a las otras cuatro etapas, casi todas tendrán su punto más importante en puertos de menos de 20 minutos, subidas que hoy día superan ya unos 30 ciclistas del pelotón. No sé decirte aún es si yo estaré entre ellos... Pero sí creo que el espectador verá una carrera bonita.

Ahora que se pone en el lugar del espectador... ¿Qué sintió viendo la Milán-San Remo por televisión?

Rabia. Tuve sensaciones que no me surgieron cuando vi la París-Niza o cualquier otra carrera de mi calendario original. Eran muchos años seguidos corriendo la Sanremo...

Y encima se dio la carrera que a usted más le habría interesado.

Sí, para hacer un buen puesto yo creo que sí. Se vio claramente que Van der Poel apostaba por controlar el grupo y por una llegada al esprint para Philipsen. Ganar son palabras mayores, pero yo ahí sí habría podido apretar buscando una buena plaza final.

“La sensación de ver cómo toda la preparación se iba al traste dolió más que el propio golpe; había tenido un invierno perfecto”

Repaso sus estadísticas de 2023 y veo que, sin contar clasificaciones generales, acabó 18 carreras en el ‘top ten’. ¿Qué faltó para ganar?

Al principio de la temporada yo solo me enfocaba en conseguir esa victoria, no miraba a nada más. Después, en la segunda parte del curso, hablamos con el equipo de puntos y de esas coas, así que fui a buscarlos y me salieron buenas carreras, con esos buenos puestos que comentas. ¿Qué me faltó para ganar? Pues no lo sé: quizás acertar, quizás un poco más de suerte... Nunca es fácil levantar los brazos, y menos aún con mi perfil de ciclista.

Es que los Van der Poel, Van Aert y compañía no perdonan en esos finales explosivos que tan bien se le dan a usted...

Sí, puede haber parte de eso, pero lo que pasa principalmente es que, hoy en día, te encuentras gente buena en cualquier carrera. Vas a la clásica de Castellón y corre Matthews. Vas a Ordizia y están Ayuso o los hermanos Yates. Se ha puesto todo muy caro, y esto es algo que yo mismo tengo en cuenta a la hora de autoevaluarme. Pienso sinceramente que el 2023 fue mi mejor año como profesional, y quiero seguir ese mismo camino. ¿La victoria? Ya llegará.

Al final de la presente campaña termina contrato con Movistar. ¿Qué tal en el equipo?

Bien. Por lo que vi en las concentraciones y en las carreras que corrí, se ha dado un cambio muy positivo. Han entrado nutricionistas, gente nueva en el staff... Y los ciclistas jóvenes recién fichados se han adaptado muy bien también. El año empezó con buenos resultados y ahora igual está costando un poco más, pero creo que el trabajo está siendo satisfactorio.