Miguel Mari Lasa, nacido en Oiartzun en 1947, conoce bien a Txomin Perurena. Son de la misma localidad, se llevan cuatro años (Miguel Mari es más joven) y compartieron unas cuantas temporadas como ciclistas profesionales. Hoy lamentaba el fallecimiento de su amigo: “Ya sabíamos de su estado. Siempre confías, pero tenía una enfermedad muy agresiva y ha sido muy rápido”.

Lasa define a Perurena como “un deportista valiente, un guerrero”, aunque reconoce que no es sencillo describir a quien ha conseguido 156 triunfos como ciclista profesional: “Es hasta difícil recordar todo lo que ha ganado. A cualquier ciclista se le puede dar por bueno por estar en escapadas o conseguir alguna victoria, pero no se puede ni comparar con lo que hizo Txomin, que consiguió 156 victorias. Eso es prácticamente imposible hoy en día. Y por si alguno piensa que era más fácil antes, no es así, porque pocos lo hacían”.

Dice el oiartzuarra que Txomin ganaba “porque era un cabezón en el buen sentido, duro y terco”: “Cuando en una carrera parecía que estaba eliminado, volvía a surgir y superaba a los demás. Tenía una gran capacidad de sufrimiento, era capaz de sacar el orgullo y dar un poco más, vaciarse. Eso siempre lo ha tenido, porque empezó a ganar desde que era un crío”.

Perurena fue para Lasa un ídolo: “Me saca cuatro años. Cuando yo tenía 10 años, él tendría 14, ya sería juvenil y tanto él como mi hermano (José Manuel) ganaban todo o casi todo. Mi hermano venía muchos fines de semana con alguna copa o flores, y cuando venía sin nada le preguntaba: ¿Hoy no has ganado? No, me ha ganado Txomin, respondía. Entre uno y otro debían ganar todo o casi todo. Y claro, yo como crío quería ser como mi hermano y también como Txomin. Me llevó a ser ciclista”.

Ambos oiartzuarras corrieron varios años como profesionales en la misma época, desde 1969 hasta finales de los años 70, y estuvieron juntos en el equipo Kas. “He convivido mucho con él y hemos sido muy cercanos. Cuando estábamos en el mismo equipo, colaborábamos. Teníamos características parecidas, éramos rápidos los dos, y hablábamos a ver quién estaba mejor, y entonces uno preparaba la llegada al otro”. Recuerda Lasa un Campeonato de España por regiones -prueba que ya no se celebra- que se disputó en Hernani en 1970. Formaron equipo los dos hermanos Lasa y Txomin Perurena: “Eran 100 kilómetros y ganamos sobradamente. Fue bonito. Creo que era mi segundo año como profesional”.

Cuando compitieron en equipos distintos, la rivalidad “quedaba en la carretera”, ya que “fuera se olvidaba la competición y siempre nos hemos llevado muy bien”. Otro bonito momento que vivieron juntos fue cuando lanzaron en 2017 el chupinazo de las fiestas de Oiartzun, las Xanisteban.

Subraya también Lasa su buen carácter: “Era muy sencillo. Fíjate en su palmarés, y nunca se daba importancia. Era amable con todo el mundo. Le pedían un autógrafo y encima contaba un chascarrillo. Era muy sociable y sencillo, por eso la gente le quería tanto”.

Como curiosidad, cuenta su amigo que Perurena “dejó el ciclismo y no quería tocar la bici”. Solo hizo una excepción cuando le regalaron una bici eléctrica para hacer una etapa de montaña en el Giro de Italia. Dice Lasa que no sabe “por qué” no salía con la bici una vez dejado el profesionalismo: “Yo la verdad es que sigo andando y lo disfruto”.