“No sé, no estoy para elegir”. Esa fue la respuesta de Mikel Landa cuando le preguntaron en Teledeporte si tiene pensado en qué etapa buscará la victoria. No se escondió el escalador de Murgia en las entretelas de las excusas. Avisó antes de emprender la carrera en Utrecht de que no estaba para disputar la general. El Pico Jano le señaló entre la niebla el jueves, algo que ocurriría tarde o temprano, según sus cálculos. Nadie lo sabe mejor que el propio ciclista, consciente de las limitaciones con las que encara la carrera. Así que lo sucedido en la montaña cántabra no sorprendió al murgiarra. Lo esperaba Landa, que dijo que le falta ritmo y capacidad de recuperación tras un comienzo exigente de la carrera. “Era difícil pensar que pudiese aguantar la primera semana y remontar en las siguientes”, apuntó Landa, tercero en el pasado Giro de Italia y que tuvo que tachar el Tour de su agenda.

A comienzos de la campaña, la idea era que el alavés disputase la carrera italiana y la Grande Boucle, pero tuvo que virar los objetivos después de que la lesión del psoas, que en ocasiones guerrea más de la cuenta en el organismo del alavés, le cambiara el paso. Landa tuvo que alistarse a la Vuelta, a la que ha llegado demasiado justo de forma. Su actuación en la Vuelta a Burgos, competición que se ha embolsado en dos ocasiones, determinó que no llegaba en la forma óptima para afrontar la carrera española. “Iba a correr el Tour, pero luego surgió la lesión. Hubo cambios en el calendario y no he llegado a tiempo”, expuso sin ambages el alavés, que hasta el recrudecimiento de la lesión se mostró satisfecho con su rendimiento durante el curso. Antes de cerrar el podio del Giro, Landa acompañó a Pogacar y Vingegaard en el cajón de la Tirreno-Adriático. “Estoy contento con el podio del Giro y espero poder luchar por ganar una etapa en la Vuelta”, recalcó Landa, que quiso aclarar que él nunca se vio con opciones reales para subir a la planta noble de la carrera y que no alimentó ese discurso.

La clave, las fugas

“He sido claro desde el primer día. Nunca he pensado en la general”. Reconoció el de Murgia que en la presente Vuelta “no estoy para elegir. Me falta un poquito todavía”. La ilusión de Landa está depositada en la sensación de que las etapas que se resolverán a través de las fugas no serán escasas en lo que resta de carrera. Se agarra a ese pensamiento para encontrar un resquicio por el que sobresalir en la Vuelta. “Creo que van a llegar muchas fugas en lo que queda de Vuelta. Mi objetivo es ganar una etapa”, destacó el escalador de Murgia, que agradeció el apoyo que le brinda la afición. La sinceridad de Landa. – NTM