A falta de un puñado de kilómetros, ya subiendo La Farrapona, el coche rojo de los jueces de carrera se acercó a los tres fugados, se puso a la par e indicó a uno de ellos que se parara. Era Gianluca Brambilla, que tardó unos segundos en reaccionar, pareció negar y, visto lo inútil de su resistencia, dejó marchar a Alessandro de Marchi y Wouter Poels. Ese mismo coche rojo mandó al vehículo del Tinkoff, el de Riis, que se pusiese a su altura y a cola del grupo de favoritos y ordenó al director danés de Contador que mandase parar a Ivan Rovny, gregario del líder. El ruso también tardó en interpretar la orden pero al de un rato dejó de dar pedales, se echó a un lado y dejó que el pelotón se marchase.
Ambos estaban fuera de carrera. Expulsados. La tarjeta roja estaba justificada porque ambos recordaron al combate de boxeo de principios de los años 90, también en la Vuelta, entre el bueno de Ramontxu González Arrieta y el venezolano Leonardo Sierra, que tenía fama de venenoso. Entonces, ambos corredores, enzarzados en un intercambio de empujones sobre la bicicleta, trasladaron el combate al asfalto y bailaron sobre los tacos en un intercambio de puñetazos al aire, algo ridículo y lamentable. Ayer, igual. No llegaron a bajarse de la bicicleta, pero Brambilla y Rovny se enzarzaron en un carrusel de golpes y empujones que acabó con el corredor del Omega desplazado al césped, donde mantuvo el equilibrio. Ocurrió en San Lorenzo tras una discusión en la que Brambilla parece pedirle a Rovny que colabore en la escapada. Luego, el italiano echa la mano al sillín del ruso, este le da un manotazo para que la retire, se ponen a la par, Rovny le pasa la mano por el cuello y la respuesta final de Brambilla es un puñetazo que no alcanza la cara de su rival por poco. Luego, llega la respuesta. Otro puñetazo al aire, más empujones... Debió ser una expulsión fulminante, pero los jueces se tomaron su tiempo para acabar echándoles subiendo ya La Farrapona.
Por su parte, un agente de la Guardia Civil que cubría la Vuelta falleció durante la etapa al estrellarse la moto que conducía contra una valla metálica de seguridad. - A. L.