Eibar - Al mediodía en Ixua, antes de que el pelotón, o lo que quede de él, asome por el barranco de Urko, se escucha: "¡Gol! (del Zaragoza al Eibar)". La villa armera vive pendiente de su equipo de fútbol, de si sube o no a Primera. En eso anda también, más o menos, Cristian Cañada, un conquense de 23 años que hace una temporada no era muy conocido en Euskadi, llegó en la sombra a la Subida a Gorla de 2013 y allí, en la cima de los escaladores donde antes que él se habían encumbrado Garate, Contador, Purito u Omar Fraile, gritó que se merecía una oportunidad para subir. Eso le habían dicho. Que el que ganaba Gorla tenía pie y medio en profesionales. "Y luego gané la Vuelta a Palencia y me dijeron lo mismo". Pero ni una ni otra. "A ver si ahora...", dijo tras ganar ayer el Memorial Valenciaga, otra carrera con promesa. La han ganado Gorospe, Mujika, Murgialdai, Díaz de Otazu, Garmendia, Ayarzaguena, Rubeira, Moller, Osa, Freire, Purito, Bru, Dioni Galparsoro, Nieve o Cabedo.

Cañada vive pendiente de esa promesa. Las colecciona. Gorla, Palencia, Valenciaga... Son pocos los que en la historia han logrado ganar las dos clásicas vascas de más renombre. Purito y Gorospe son dos de ellos. Les ha emulado un conquense que en invierno huyó de la nieve y el frío de la tierra de Luis Ocaña para refugiarse al calor de Benidorm que nada más ganar en Eibar apuntó hacia su próximo objetivo: el Campeonato de España. Otro triunfo con pasaporte a profesionales. "Claro que del dicho al hecho...", dijo escéptico Cañada.

Desconfiado como cuando arrancó el Valenciaga en Eibar y las piernas le dijeron que no era su día. Se lo contó a los compañeros. "Y estos me animaron y trataron de quitarme esa idea de la cabeza". Debió de surtir efecto, porque cuando comenzó Ixua y el asunto se puso serio con el ataque de Antton Ibarguren fue el conquense el que respondió. Y lo mismo después con Gallego. Los tres se quedaron solos, ascendieron el coloso al ritmo constante y fuerte que impuso el guipuzcoano y al llegar arriba y lanzarse cuesta abajo pensaron que era mejor colaborar y jugársela entre los tres que esperar la llegada de los Lizarte, que tiraban de Pedrero para luchar por el triunfo.

En Eibar, Cañada perdió la brújula cuando comprobó que la meta no estaba situada en el lugar de los últimos años, sino poco más de medio kilómetro más arriba, junto a la Escuela de Armería tras 150 metros de repecho. Allí disparó primero Ibarguren y su ataque duró lo que tardó el conquense en encontrar el norte. "Vi la meta y esperé mi distancia". Cuando arrancó sabía que el Valenciaga era suyo. Alargó los brazos y se abrazó a otra promesa. No entró en la disputa de la victoria en el Valenciaga, pero Unai Intziarte se aferró con uñas y dientes al liderato en la general de la Copa de España que mantiene con cierta holgura ante Sergio Míguez e Ibarguren.

Contador, en Amorebieta No muy lejos de Eibar, en Amorebieta, estuvo Alberto Contador, pero en espíritu. El equipo sub'23 del madrileño, que disputa desde hoy la Vuelta al País Vasco con la firme intención de ganarla, conquistó el Gran Premio Primavera, prueba del Lehendakari que se jugaron al sprint Miguel Ángel Aguilera, Xabier Goikoetxea, Elís Vega y Yeison Cortés, supervivientes los cuatro de las dos subidas a Muniketa -la segunda por Urrutxu, al no estar incluido Autzagane en el recorrido por las obras-. El triunfo fue para el primero, pupilo de Contador, mientras que por equipos se impuso el Baqué-Campos.