pau (FRANCIA). Al británico Bradley Wiggins le cuesta no dar la sensación de que el Tour de Francia lo tiene en el bolsillo, por la renta que lleva en la general, por la fortaleza que demuestra su equipo, el Sky, y porque está secundado por su compañero y compatriota Chris Froome. Pero el maillot amarillo del Tour es consciente de que con Froome en otro equipo las cosas serían diferentes. "Evidentemente sería otro Tour, más interesante, porque somos los dos primeros de la general", aseguró el ciclista del Sky tras vestirse su noveno jersey amarillo.
Pero Wiggins no parece prestar mucha atención a ese flanco. Sabe que hay un pacto, que el equipo le considera a él jefe de filas y que sería insensato por parte de Froome lanzarse en su contra. "Es mi compañero, nada ha cambiado", aseguró tras la etapa de Pau.
El británico, sin embargo, mantiene la guardia levantada con sus otros rivales. "Hay diferencias, pero nada ha terminado. Afrontamos la última semana en buena posición, pero incluso con la crono del penúltimo día, todavía no podemos decir que el Tour ha terminado", señaló.
Wiggins indicó que no puede fiar todo a la cronometrada del sábado. "Será muy diferente porque han pasado ya tres semanas y depende mucho de las fuerzas que tenga cada uno. Recuerdo una contrarreloj hace dos años en Burdeos en la que las diferencias fueron grandes", señaló.
Hoy tendrán día de descanso, en el que Wiggo admite que "hay que ser tan profesional como cualquier otro. La gente está cansada".