donostia. Varios metros más allá de la línea de meta, sobre el techo del Giro, el Stelvio, descansa Thomas de Gendt, exhausto. Sentado en el suelo, alejado de su bicicleta, tras casi siete interminables horas, un esfuerzo ciclópeo, su rostro, tapado por sus manos, lo dice todo. Sobran las palabras. Hablan los gestos. También las emociones, a flor de piel. El calvario ha acabado para el corredor belga. Varios metros más abajo la colosal montaña italiana sigue mermando a cada pedalada las fuerzas de los ciclistas que tratan de llegar a lo alto, donde espera De Gendt, vencedor en el Stelvio y que se aupó a la cuarta posición de la clasificación general.
La etapa reina del Giro, 219 kilómetros en el corazón de los Alpes, una jornada rompepiernas con un desnivel brutal y con cinco puertos de montaña a cada cual más exigente. El diabólico perfil, contaba en los últimos 68 kilómetros con las ascensiones al Mortirolo y al Stelvio. "Interminable", reconoció hace pocas semanas Michele Scarponi al ser preguntado por el techo de la carrera italiana. 21 kilómetros de ascensión con final a 2.757 metros de altura. Con las fuerzas justas por el paso de los días, la estrategia jugó un papel importante en la jornada de ayer. De ello se aprovechó el Vacansoleil, que coló a Matteo Carrara en la fuga. El objetivo era el de hacer de puente entre el llano del Mortirolo y el inicio del Stelvio a Thomas De Gendt, que dejó atrás al grupo de favoritos en la penúltima ascensión de la jornada, en las exigentes rampas del Mortirolo. Enlazó con su compañero de equipo el belga y se lanzaron a tumba abierta en el descenso.
euskaltel, valiente La escuadra naranja también dinamitó la carrera. A pesar de que tanto Mikel Nieve como Ion Izagirre cedieron unos pocos segundos con respecto al grupo de favoritos, enlazaron con ellos en el descenso y aprovecharon el llano para enlazar con la cabeza de carrera. La estrategia de Euskaltel-Euskadi, valiente, no obtuvo su recompensa, pues al leitzarra no pudo seguir en endiablado ritmo de Thomas de Gendt, que también descolgó a Damiano Cunego. La ventaja del belga con respecto al grupo del que tiraba el Garmin ascendía a los cinco minutos.
Vandevelde se mostró incapaz de reducir la ventaja y solo el arreón final de los favoritos y la fatiga acumulada del propio De Gendt redujeron el tiempo. Hesjedal cogió el relevo de su compañero de equipo, consciente de que el corredor belga podría convertirse en un serio aspirante a la victoria final. Se llevó con el a Joaquim Rodríguez y Scarponi. El italiano lo intentó a falta de 1,5 kilómetros para el final. Dejó atrás a sus compañeros de fatiga, pero se vio superado en los metros finales por el corredor del Katusha, que hizo valer su explosividad para arañar unos pocos segundos en el crono y mantenerse con esperanzas de lograr la maglia rosa.
"necesito un milagro" Después de conseguir alejar a 31 segundos a Ryder Hesjedal en la clasificación general del Giro, Purito habló: "Necesito un milagro para ganar". Fue claro el catalán, consciente de la superioridad del canadiense en las pruebas contra el crono. 30 kilómetros llanos con inicio y final en Milán dilucidarán al vencedor final de la prueba italiana. Joaquim Rodríguez o Ryder Hesjedal.