La (pen)última chaladura
L'Équipe publica un documento de la UCI con los índices de sospecha de dopaje por parte de cada ciclista en el Tour de Francia 2010
LA Unión Ciclista Internacional maneja una clasificación con más interés mediático que el ranking WorldTour. Es su clasificación de los sospechosos del pelotón, que ayer fue publicada por el periódico L'Équipe, lo que irritó al mundo del ciclismo y convulsionó el Giro.
El diario galo dio a conocer el documento que la propia UCI facilitó a Amaury Sport Organisation, promotora del Tour de Francia, antes del inicio de la pasada edición. En ella, aparece la relación de los 198 ciclistas participantes. Junto a cada nombre figura una cifra del cero al diez, en una escala en la que el cero es la limpieza más absoluta y el diez, todo lo contrario. Las notas se han puesto en función de los parámetros sanguíneos de los ciclistas y su pasaporte biológico, esa "herramienta de lucha contra el dopaje" cuyo presupuesto supera los seis millones de euros, que en su mayor parte lo sufragan los propios equipos, que destinan cada uno un total de 120.000 euros a la causa. A algunos corredores, además, se les asocia unas anotaciones para acotar más las sospechas de dopaje. A partir de cinco, las dudas serían más que razonables.
Con el cero, figuran 49 ciclistas -el 24,7% del pelotón-, incluidos Cancellara, Horner, Boom, Boasson Hagen, Zabriskie, Roche, Voeckler, Wegmann... y tres corredores estatales: Iván Velasco, Juanjo Oroz y Alberto Benítez. El uno recoge, entre otros, a Chavanel, Gesink, Hesjedal, Hincapie, Aitor Pérez Arrieta, Alan Pérez, Rafa Valls o Rubén Plaza.
El dos, a Cavendish, Freire, Arkaitz Durán, Hushovd, Rubén Pérez, Sastre, Luis León o Frank Schleck. Su hermano Andy sacaría un tres, junto a Basso, Ciolek, Cunego, McEwen, Costa, Erviti, Verdugo, Kreuziger, Txurruka o Purito Rodríguez.
Armstrong, 'limpio' Un cuatro, que también sería un índice de limpieza, obtienen Armstrong, Evans, Juanma Garate, Leipheimer, Samu Sánchez, Vande Velde o Dani Moreno. Contador figura en el nivel cinco, con Vinokourov, Wiggins, Ballan, Karpets o Kolobnev. Los epígrafes del seis al diez tienen muchos menos dorsales que los peldaños inferiores de la escalera. Solo el 21% estarían en los cuatro escalones superiores, en los que las evidencias de dopaje serían "abrumadoras". Para la UCI, este dato revela una realidad muy alejada de la idea de que "todos los ciclistas recurren al dopaje y de un dopaje organizado". Por un respeto a la presunción de inocencia y por tratarse de una lista de sospechosos, no de culpables, este periódico no publicará la identidad de los que ocupan el lado oscuro. Hay que recordar que el único positivo en el Tour fue el de Contador, aún sin aclarar.
En un comunicado, la federación internacional "deplora" que su lista llegara a un medio de comunicación, al tratarse de un documento "reservado para la UCI y los expertos independientes de la Agencia Mundial Antidopaje. Tanta fragilidad en la confidencialidad es muy seria y la UCI abrirá una investigación para descubrir el origen de la filtración".
En este sentido, David Millar sugirió, en declaraciones a Reuters, que "deberían rodar cabezas" en la UCI, ante la filtración de un archivo que "nunca debería haberse dado a conocer". El escocés, sancionado en su día con dos años por admitir que se dopó con EPO, ahora pasa por ser un icono del ciclismo limpio. Su nota es un cuatro: "Entiendo que es por mis delitos en el pasado, pero esto no tiene sentido", concluyó. Es la penúltima chaladura que vive el ciclismo.