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Markel, ante la gran ocasión

Irizar afronta hoy la última etapa con un segundo de rentaLa etapa de ayer la resolvió Freire al sprint, en el que Fernández de Larrea se rompió la clavícula

Markel, ante la gran ocasiónFoto: efe

Donostia. Markel Irizar está ante la oportunidad de su vida, y se va a "morir sobre la bicicleta" para intentar aprovecharla. El oñatiarra tratará de mantener hoy el liderato en la última etapa de la Vuelta a Andalucía, que ayer conoció la victoria en Córdoba de Óscar Freire, tras un accidentado sprint en el que Koldo Fernández de Larrea se llevó la peor parte al fracturarse una clavícula.

El oñatiarra del RadioShack se vuelve a ver en una situación similar a la de la pasada temporada, cuando tras ganar la contrarreloj del Tour de Poitou-Charentes afrontó la última etapa con unas centésimas de ventaja sobre el suizo Martin Elminger y un segundo sobre su compañero Haimar Zubeldia. Sin embargo, se le escapó la ronda, que se la adjudicó, curiosamente, su verdugo el do-mingo en Benahavís, Jimmy Engoulvent, segundo ayer tras Freire.

La situación se repite ahora para Markel, con un segundo más en la despensa, el que atesora sobre Jurgen Van den Broeck, y, de nuevo, otro compañero en la recámara: Levi Leipheimer, que está a dos. "Está claro que no tengo una gran ventaja, pero de momento me ha servido para llegar hasta aquí", se alienta el guipuzcoano, para el que RadioShack trabajó durante toda la jornada de ayer, protagonizada por la fuga de Andy Schleck (Leopard-Trek), Javier Moreno (Caja Rural), Adrián Palomares (Andalucía-Caja Granada) y Héctor González (KTM-Murcia). Fueron cazados a 15 kilómetros de meta tras más de 150 de cabalgada.

"El ambiente en el equipo es increíble -destaca Irizar-. Están todo el rato pendientes de mí, incluidos Levi o Haimar", para quienes habitualmente ejerce de gregario". Hoy volverán a llevar el peso del pelotón, en una etapa de 162,7 kilómetros entre Córdoba y Antequera. Solo se subirá un alto de tercera categoría, Corcoya, de dos kilómetros situado a 38,5 kilómetros de meta. "Me voy a morir sobre la bicicleta para tratar de aguantar", asegura, consciente de que aún tendría terreno para reaccionar ante posibles ataques de los rivales.

Mayor amenaza puede suponer el acceso a Antequera, como explica el propio líder: "El final es muy complicado, porque en el último kilómetro hay una cuesta (Miraflores) y luego una pequeña bajada. Así que será muy peligroso y, si estoy delante, me la jugaré para que no me piquen tiempo". No le queda otra. Está ante la gran ocasión para sellar su segundo triunfo profesional y la segunda vuelta de su vida... tras ¡la Vuelta a Gipuzkoa junior! Ha llovido. Por ello, hoy toca "apretar el culo".