Los análisis hematológicos practicados a Ricardo Riccò, que mejora "constantemente" en el hospital de Módena, prueban que el italiano se realizó a sí mismo una transfusión de sangre que almacenaba en su propia nevera, y que su hospitalización en estado crítico el pasado domingo se debió a una mala conservación de la sangre. Si se demuestra su dopaje, su equipo, Vacansoleil, ya ha confirmado que lo despedirá y lo denunciará por daños y perjuicios. Asimismo, se expondría a una sanción a perpetuidad.