París. La voz apagada de Samuel en la meta de Pauillac, la desolación, el trago amarguísimo de verse apeado del podio en la última crono… Todo eso sigue latente en el Samuel Sánchez que amanece en Burdeos y coge el TGV que le lleva a las puertas de París. Acaba cuarto, el mismo puesto que ya tiene en dos Mundiales, "el resultado más amargo", dice el ciclista de Euskaltel-Euskadi, cuyo más inmediato objetivo es resolver su futuro deportivo cuanto antes. Concluye su contrato con el equipo vasco, en el que desea quedarse. "Pero no descarto otras opciones".
¿Le ha dado muchas vueltas a lo ocurrido?
No, no creas, dentro de lo que cabe he dormido bastante bien. Le he dado al asunto las vueltas necesarias, pero mentiría si dijese que no he pensado en ello. Ayer estaba aún sorprendido por la crono de Menchov. Sinceramente, no creía que iba a hacer algo así. Si me dijeses que he sido yo el que he fallado, pero es que Denis nos metió por encima de minuto y medio a mí, a Alberto y a Andy. O los tres pegamos un bajón increíble o él se salió.
En meta estaba usted abatido. ¿Le dolía el cuerpo o el alma?
Los dos. Me dolía todo. Estaba roto. Es que en la crono lo di todo, no me quedaba ni una gota más de energía y aún así mira lo que ocurrió. En meta estaba tratando de asimilar lo que había pasado, aún en shock, porque no lograba entenderlo. Hice los 25 últimos kilómetros a morir, como si me fuese la vida en ello, y, sin embargo, Denis me seguía metiendo tiempo. Me costó mucho salir de ese trance. No llegaba a comprender nada.
El mazazo fue en el kilómetro 18, el primer punto de control. Allí Menchov le sacaba ya 48 segundos. ¿Qué pensó entonces?
Fue un golpe duro, pero entonces no creía que estaba todo perdido. Pensaba que era una táctica, que había elegido salir a tope para tratar de desmoralizarme. Igor -González de Galdeano- pensó lo mismo que yo, así que me dijo que no me preocupase por esa referencia, que siguiese a mi ritmo y que la situación daría la vuelta. No ocurrió. Menchov no me dio opción. Iba como una moto.
No se esperaba algo así, claro.
No, de veras. No estaba seguro de poder mantener mi sitio en el podio porque Denis había demostrado ser mejor que yo en cronos largas, pero sí que esperaba, al menos, tener un mano a mano disputado con él. Quizás es que siempre he sido demasiado optimista.
¿El podio lo perdió en la crono?
Fue un día clave, pero por la poca experiencia que tengo en esta carrera quiero comprender que el Tour se gana y se pierde un poco cada día. No hay etapas decisivas en las que diga que se me ha ido la oportunidad del podio, sino que es un cúmulo de muchas cosas. La Madeleine, el Tourmalet, la crono… Aunque pensándolo bien, quizás el día del pavés supuso un revés importante. Tuve muy mala suerte y perdí mucho tiempo. Dos minutos con Andy. Piensa en lo que hubiese sido mi Tour sin esos dos minutos de lastre.
¿Podría haber peleado por el Tour o por el segundo puesto?
No, no, la carrera es la que es y no hay vuelta de hoja. El ciclismo es así, el Tour es así. Simplemente digo que en montaña he estado luchando con los mejores, rodeado de Andy y Contador, que es algo increíble. Asusta darse cuenta de que íbamos terceros en el Tour.
¿Se imagina lo que hubiese cambiado esto si en Avoriaz le gana usted la etapa a Andy?
No me gusta mirar atrás, aquello pasó y no tiene remedio. Lo único para lo que me sirve aquello es para aprender para el futuro, ya sabes lo que decía mi padre: Muriendo y aprendiendo. Pues eso, que aquello fue un error muy grave que me debe servir para aprender. ¿Que igual no se me presenta una oportunidad así nunca más? Pues igual sí, pero seguir dándole vueltas y mortificarme no va a hacer que esa oportunidad vuelva. Más aún, pienso que ese segundo puesto debe convencernos de que realmente podemos ganar una etapa en el Tour.
Si pudiese, ¿qué cambiaría de este Tour?
Nada, no se puede. Lo único que está a mi alcance es aprender de la experiencia, ser consciente de los errores que he cometido para no volverlos a repetir en el futuro. Es lo que hago siempre después de una carrera: llego a casa y lo analizo todo.
Está apenado y no puede valorar el cuarto puesto, pero ¿y si antes del Tour le hubiesen dicho que éste iba a ser su lugar?
Claro, igual hubiese sido para firmarlo sin pensarlo, pero es que yo antes de empezar el Tour ya decía que venía a luchar por el cajón. Confiaba en mí porque había trabajado mucho para ello. De todas formas, el Tour es una carrera demasiado complicada como para hacer planes antes de empezar.
Ha rozado el podio. ¿El Tour debe ser su carrera a partir de ahora?
A partir de ahora, sinceramente, en lo único que pienso es en volver a casa y empezar a pensar en mi futuro. No en el Tour del próximo año, sino en dónde voy a correr la temporada que viene. Es algo que quiero solucionar cuanto antes.
¿En Euskaltel-Euskadi?
Lógicamente, mi primera opción es Euskaltel-Euskadi, pero lo que ahora necesito es un equipo que me ofrezca garantías a nivel deportivo y económico. No descarto otras opciones y tengo ofertas, aunque Euskaltel, repito, sea la primera y estemos esperando ahora a que el propio futuro del equipo se defina. La voluntad es seguir, pero muchas veces hay que tomar las decisiones que hay que tomar. Todos somos conscientes de que la vida está llena de etapas que se acaban y dan paso a otras.