"merckx era Merckx, el único", simplifica Andrés Gandarias (Ibarruri, 1943) el debate jerárquico de los grandes campeones del ciclismo con la licencia que le concede el haber coincidido sobre el asfalto con tres de ellos, Anquetil, Merckx e Hinault, en un carrera que se prolongó desde 1967 a 1978 y vistió con cuatro triunfos, dos de ellos enormes: una etapa de la Vuelta al País Vasco de 1975 y la jornada reina del Giro de Italia de 1976. Tiene qué contar el vizcaino y se deleita en los goces de la memoria.

Recuerda a Merckx en toda su dimensión. Sideral. "Merckx era su fuerza, que era terrible, y el temperamento. Cuando se cabreaba… ¡Buff! Yo le he visto atacar en la Croix de Fer en plato y con el dieciocho. Sólo Hinault, y vaya, podía acercarse a algo así", traza Gandarias, un escalador, asegura, como los de ahora, virtuoso del desarrollo ligero, del molinillo por el que le llamaban loco y al que ponía límites Dalmacio Langarica, su director en el KAS, que no "me dejaba poner más de un 24". Brincando sobre esos 24 dientes ascendió hasta la leyenda del Tour en 1969: fue el primer ciclista de la historia en hollar La Madeleine, el puerto que se yergue amenazador al final de la travesía alpina de hoy hasta Saint-Jean-De-Maurienne.

Fue el 8 de julio, en la décima etapa. Un día de calor indecente. Canícula y Alpes. "Una jornada durísima". En el perfil, tres montículos imponentes: el inédito La Madeleine, el Telegraphe y el Galibier. "Así que Dalmacio -Langarica- me tenía dicho que me lo tomase con calma, que no atacara". No pudo. El instinto es sordo e irrazonable. Al poco de posarse sobre la piel de La Madeleine, "un asfalto bueno para la época", salió disparado el vizcaino.

"Es que cuando vi un puerto tan largo, con esas rampas… No puede evitarlo. Era lo que me iba y ataqué", rescata Gandarias, quien describe un puerto interminable, constante en la dureza, pero, sobre todo, terrible en la zona arbolada de su mitad. "Luego, por el final, suaviza", describe. Fue allí, en el tramo más amable, donde el cielo se oscureció, el mercurio perdió altura y comenzó a nevar. "Faltarían dos kilómetros para la cima y con el frío y la nieve le pedí el chubasquero a Langarica para entrar en calor. Y él que no, que al otro lado de la montaña, abajo, hacía sol. Yo le respondí: Si me muero aquí arriba de frío, de nada me servirá el sol de abajo".

Acabó poniéndose el chubasquero. Y encontrando la caricia del sol del valle después de coronar La Madeleine. Quedaban el Telegraphe y el Galibier antes de la llegada a Briançon. El primero lo coronó Joaquín Galera; el segundo, claro, Eddy Merckx, que no pudo evitar que Van Springel se marchase irremisiblemente hacia la victoria de etapa, mientras él pedaleaba rodeado por Gimondi, Poulidor, Wagtmans, Pingeon, Vianelli, Panizza y Gandarias, los supervivientes del calvario alpino de aquella jornada.

"Recuerdo que a las puertas de Briançon atacó Panizza, que nos llevaba unos 50 metros cuando entró en una curva cerradísima y se salió. Aún veo a Gimondi levantando la mano y gritando ¡porca misseria!, ¡porca misseria!". El sprint del grupo lo ganó Merckx. Y el Tour, el primero de los cinco, días después, también fue para el belga. Gandarias acabó quinto, su mejor puesto en la general de una grande, tras brillar también en los Pirineos. En el temible Tourmalet. Otra historia.

Regreso a la Madeleine

"Tuve que parar"

El vizcaino volvió a subir La Madeleine en el Tour unos años más tarde. Entonces vestido con el maillot del Teka. "Me gustaba ese puerto, le tengo mucho cariño y se me daba bien", recuerda. En aquella ocasión también subía delante con Merckx, Agostinho, Ocaña… "Pero el líder del equipo era Aja y, como se había quedado, me mandaron parar para esperarle. Entonces se me acercó Agostinho y me dijo que era inútil, que si Aja se había quedado nada evitaría que ese día perdiese una minutada. Aún así, me tuve que parar", rememora Gandarias, el primer vasco que coronó La Madeleine, pero no el último. En 1975, Paco Galdós emuló su gesta. Hoy, en la novena etapa, el coloso alpino puede ser juez de la carrera.