donostia. El sexteto de la selección de Euskadi que el domingo finalizó el GiroBio regresó ayer a casa tras haber vivido "una experiencia muy buena" durante las nueve etapas de la prueba italiana sub"27. Ángel Balzola, técnico del combinado, valora que los corredores encontraron un ciclismo distinto "a todo lo que conocíamos hasta ahora: otros rivales, un nivel altísimo, recorridos muy diferentes, largos y con puertos de altura -una etapa llegó a Monte Grappa-, desplazamientos?". Tratándose de Italia, "no faltaron emboscadas". Así, "el último día debimos superar ocho tramos de tierra batida en una carretera de sólo dos metros y medio", en la que el pelotón iba mentalizado y nadie se quejaba, cuando aquí hay ciclistas que ponen pegas, por ejemplo, a la vibrante Aiztondo Klasikoa.

El GiroBio "se ha hecho duro", con varias jornadas en las que "pasamos puertos con lluvia, niebla y frío". Al principio, Euskadi corrió "con miedo", para ir "poco a poco a más" hasta ganar por equipos el último día, en el que Mikel Bizkarra fue décimo, el mejor resultado de la selección tras el octavo de Igor Romero en la crono de casi 30 kilómetros. El mutrikuarra fue 24º en la general de una prueba en la que "el control médico ha sido exhaustivo". En nueve etapas y un día de descanso, debieron pasar tres controles por sorpresa. "La filosofía es que hay que cambiar los valores del pelotón porque de lo contrario el ciclismo estará de pena de muerte", concluye Balzola.