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Yazan

El hecho de haber convertido la hambruna de niños, niñas y población civil en general en arma de guerra, pone de relieve la crueldad de Netanyahu

YazanHAITHAM IMAD

Desconozco si este niño de dos años, que responde al nombre de Yazan, continúa con vida. Hace algo más de dos meses su escuálida espalda copaba la portada de un periódico sobre este intrigante titular: ¿Por qué nos matan de hambre? En aquella tenebrosa imagen sus huesudos omoplatos sobresalían sin impedimento alguno, pues solo su piel morena les hacía una irrisoria resistencia. Además, en la foto de prensa eran más que evidentes las costillas que cerraban su caja torácica por la parte posterior, así como sus brazos, que flanqueaban su espalda como finas y débiles varillas. No sé si a Yazan le habrá llegado alguna de las raciones de comida a las que tantas trabas y dificultades ha puesto el ejército de Israel para llegar a sus destinatarios. En cualquier caso, el hecho de haber convertido la hambruna de niños, niñas y población civil en general en arma de guerra, pone de relieve la crueldad de Netanyahu y, al mismo tiempo, aclara cómo la monstruosidad ocupa en él el espacio que en cualquier ser humano íntegro y equilibrado ocupa la humanidad.

Estos días el genocida judío se ha reunido con el narcisista mandamás estadounidense con el presunto objetivo de dar por terminado el genocidio en Gaza. A ver si este encuentro no se limita a sacar tajada económica o alimentar el ego de los citados actores.