“Más madera, que es la guerra” gritaba Groucho Marx en la versión española de la película Los hermanos Marx en el Oeste mientras conducía un tren en persecución de unos desalmados. Para ir añadiendo madera a la caldera, sus hermanos la conseguían de la estructura del tren, que la iban desmantelando poco a poco hasta dejar a los vagones de pasajeros sin ninguna protección.
Normalmente, la frase “Más madera” se suele utilizar cuando se añade algo que contribuye a avivar y agravar una situación. Actualmente tenemos ejemplos claros en los que se podría aplicar esta máxima y es en la actuación del gobierno estadounidense en los conflictos armados de Ucrania y Palestina.
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Que el presidente de ese gobierno adopte las medidas que se le ocurran para aplicarlas a sus ciudadanos es algo entendible ya que han sido ellos los que lo han elegido para gobernarlos, pero de ahí a que pretenda manejar a su antojo a otras partes del mundo es algo que no debería ser aceptado por nadie. No se puede admitir que se plantee la expulsión de palestinos de su tierra ni que se excluya al gobierno ucraniano de unas supuestas negociaciones sobre el futuro de ese territorio. Todo eso es echar más leña (más madera) al fuego.
Y los gobiernos europeos se escandalizan con esas actuaciones pero no son capaces de hacerle frente a ese señor. Lo que se les ocurre es que deberían reforzar sus fuerzas armadas de forma mancomunada aumentando el gasto militar. Cuando ya se podría actuar de forma mancomunada sin recurrir al incremento del gasto militar. Les bastaría con utilizar la ONU, que se formó para solucionar los conflictos de forma dialogada, y en determinadas situaciones recurriendo a utilizar fuerzas armadas compuestas por ejércitos de distintos países que tendrían la misión de impedir el recurso a la violencia. En cambio, lo que se está planteando, haciendo un símil con la película, es pedir más armamento (más madera) para lo cual habría que recurrir a recortar presupuestos de otras áreas (utilizar la madera de los vagones de pasajeros), ya que dinero es el que hay y si se aumenta en un apartado habrá que reducir en otros.
Hay también por estos lares quien pide más madera, planteando incrementar la producción de más armamento por razones de negocio, camuflándolo con más empleo, como si en Euskal Herria no hubiese suficiente talento como para desmantelar esos negocios y sustituirlos por otros más constructivos. Y a los que lo plantean por motivos de seguridad, decirles que siempre habrá alguien que esté potencialmente mejor armado que nosotros, con lo cual nunca podremos tener la seguridad de ser lo suficientemente fuertes como para disuadir por esa vía a las amenazas que pueda haber. Además, si es por seguridad, ¿qué se está planteando?, ¿que tendremos que ir todos armados?
Deberíamos de incidir menos en reforzar el uso de las armas y en cambio sí en educar a la ciudadanía en la práctica del respeto y el diálogo, además del debate entre diferentes. No más armas, No más guerras. Ni OTAN ni Pacto de Varsovia. Sí a la ONU, o al menos a su espíritu.