Congoja

“Cómo olvidar la hora en que oí que exclamaban: / ¡Huid, salvaos del temible huracán! / Y al mismo Zeus le vieron, algunos lo afirmaron / cabalgar sobre el lomo de un feroz Leviatán…”. La tragedia provocada por la dana, principalmente en Valencia, ha dejado más de doscientas víctimas mortales y un escenario desolador de esa región. Gran dentellada a muchos recuerdos presentes y pasados, en medio de un futuro incierto… Pero, ¡vida, vida sin fin! Una vez más, la ciudadanía voluntaria, solidaria y aparcando carnets ideológicos, colores y credos, convirtieron los puños cerrados en manos abiertas para asir palas, picos, cuerdas y luchar juntos contra el lodo, o salvar vidas que ya escapaban… Pero, ¿todos contra el barro? No, todos no. Se preveía que una parte de la miseria humana aprovecharía la fúnebre ocasión: unos para saquear y otros para obtener fruto político. El líder del PP responsabilizó a Aemet y las confederaciones hidrográficas, dependientes del Gobierno, de la actuación ante la tragedia mientras que el presidente valenciano agradece a Sánchez “su cercanía y presencia tan rápida”. José Miguel Contreras ha mostrado su repudio. “Son comportamientos que rozan lo miserable”. Bueno, ya habrá tiempo de denunciar conciencias y los infinitos fallos que han surgido acerca del funcionamiento de alertas, seguros, construcciones en zonas inundables o volcánicas, protocolos, etcétera. Ahora es turno para el duelo…