Cuando el Ayuntamiento nos presentó su lista de criterios y objetivos para la revisión del Plan General vigente, se nos dijo por su parte que era un listado de buenas intenciones. Nosotros le dimos el voto positivo pues compartimos la mayoría de ellas: nuestra función es colaborar por el bienestar del pueblo. Entre las intenciones se cuentan cosas como las de “promocionar el uso del euskera”, “proteger y reforzar el comercio local” y “proteger y cuidar el patrimonio artístico y el paisaje”. ¿Quién podría decir que no a todo esto?
Pero como dice el refranero, del dicho al hecho hay un trecho. Porque en estas cosas es más importante el cómo que el qué. Ya veremos en lo que queda la concreción del listado. Recordemos que Bildu es especialista en declaraciones grandiosas. El problema es ¿cómo?
Mal empezamos cuando el equipo de gobierno interpreta que nuestro voto positivo a ese listado significa que lo suscribimos del comienzo al final. Les recordamos que el proceso de aprobación de un Plan consta de cuatro pasos: Diagnóstico, Avance, Aprobación Inicial y Aprobación Definitiva. Nuestro voto positivo en el segundo de los pasos no significa que, incluso en esa fase, no tengamos discrepancias de calado.
Por ejemplo, cuando en la propuesta se dice que “nuestro objetivo no es aumentar de población, sino mantener el actual número de habitantes” nos parece que está incurriendo en un error mayúsculo con el cual no estamos de acuerdo. Teniendo en cuenta que este Plan quiere realizarse para los próximos 15 años, ¿a qué precio se saldaría esa apuesta de crecimiento cero? ¿Es que los hijos de los actuales astigartarras no tienen derecho a obtener una vivienda en el lugar donde nacieron y viven? ¿Es que Oiartzun y Hernani –gobernadas por Bildu–, y con mucha más población, son acaso metrópolis descomunales?
Astigarraga tiene mayor potencial de crecimiento que esos pueblos. Y dicho crecimiento nos ha reportado mejores servicios: la nueva Casa de Cultura, la afluencia de gente joven, el que la ikastola esté a tope. Desde nuestra perspectiva, parar la proyección ascendente de Astigarraga será un error que las generaciones futuras lamentarán.
Astigarraga dispone de cuatro polígonos industriales pero observamos que no se dice nada ni se contempla ninguna medida acerca de las zonas industriales. ¿Cómo es posible semejante omisión? También dice que va a ayudar al mantenimiento de los caseríos y la zona rural. ¿Cómo lo va a hacer si no existe relevo generacional?
Leemos con perplejidad cómo se dice que “hacer una planificación no significa realizar lo que se dice que se va a hacer”. Entonces ¿para qué se acomete la labor larga y costosa de elaborar un Plan General? Planificar mal significa sencillamente planificar el desastre. Es por eso que el grupo de EAJ-PNV analizará con detenimiento la versión definitiva de este Plan y, sobre todo, el cómo se va a implementar. Nosotros no damos carta blanca a la carta al Olentzero de Bildu.
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