Sonriente aparecía Biden en una intervención pública en defensa de la ayuda de EEUU a Israel para masacrar al pueblo palestino en Gaza ante la presión mundial para que cese el genocidio. Afirmó que el mundo está infectado del virus del antisemitismo y que “su país no cesará de apoyar el derecho de Israel a defenderse contra el terrorismo de Hamás”. El presidente del imperio más agresivo del mundo. La crisis de valores de los EEUU es manifiesta y no puede disimularse a pesar de todos los milagros que se le exige a la decadente potencia mundial, que conserva las ansias de dominio planetario, aunque sus ciegos zarpazos están provocando el terror del orden internacional, alimentando conflictos por doquier y abandonando a sus compañeros de aventuras cuando le conviene.
Estar en contra del genocidio del pueblo palestino provocado por el perturbado Netanyahu no puede calificarse de antisemitismo, pues la solidaridad mundial con el pueblo judío fue unánime cuando Hitler quiso exterminarlos. Pero protestar por querer encubrir todo el odio acumulado por el sionismo con el genocidio del pueblo palestino, víctima de los intereses geoestratégicos, a costa de arrasar Gaza y su población es señal de que la humanidad sigue siendo sensible cuando se muestra en contra de la política militarista de solucionar los conflictos por las armas, lo que realmente es un negocio, pues son fabricadas por grupos multinacionales que generan importantes plusvalías para sus accionistas. Lo de Gaza es un genocidio que sólo se les ocurre a mentes malvadas como Hitler, Stalin, Mussolini, Franco y ahora a Netanyahu y sus cómplices con su silencio culpable. “Si quieres la paz, prepárate para ella”.