Los jefes de servicio concentrados en la entrada del hospital solicitan que las plazas de la OPE sean perfiladas. Por ser oposiciones de la Administración, vulnerarían los principios de igualdad, mérito y capacidad, y ello no tiene encaje legal. Queriendo seleccionar el mejor candidato para una función determinada, parece lógico establecer el perfil que necesita ese puesto concreto; pero esas plazas deben dejar de ser estatutarias (equivalentes a funcionarios) y convertirlas en una oferta de contratación laboral indefinida. Sorprende que personas tan responsables en su ejercicio profesional no planteen esta reivindicación a través de los cauces establecidos y en el tiempo y forma necesarios. De otra manera, parece descabellado plantear que la Administración incumpla la ley. Es de agradecer que en estas concentraciones; al inicio de la jornada laboral y con la puntualidad concienzuda que siempre les ha caracterizado, nos hagan públicos los problemas que viven en el ejercicio de su profesión; pues los ciudadanos, a través de las asociaciones de pacientes y usuarios, tenemos que empezar a conocer y a participar en las soluciones de lo que nos afecta. En Osakidetza, estamos viviendo una situación sanitaria compleja y, una mayor flexibilidad contractual ayudaría a mejorar. Los datos de evolución de las listas de espera para consultas de estos últimos años son bastante imprudentes y, por ello, susceptibles de comprometer la calidad del servicio asistencial. El gran volumen de consultas telefónicas en la red pública es otro ejemplo de lo anómalo de esta situación. En la red privada, todas las consultas son presenciales; siendo a veces los mismos profesionales quienes actúan telefónicamente en la pública y presencialmente en la privada. Los que vivimos con ilusión y optimismo el nacimiento de Osakidetza, nunca pensamos que esto pudiera llegar a suceder.