En el año 1813 un ejército desalmado de ingleses y portugueses al mando del marqués de Wellington arrasaron mi ciudad, San Sebastián. Entraron a sangre y fuego, matando a la mayoría de sus habitantes y violando a sus mujeres. Los pocos que sobrevivieron se conjuraron en Zubieta para refundar Donostia. ¡Ojalá no pase lo mismo en Kiev!