Eskerrik asko a todo el personal del Hospital de Mendaro

Un problema de salud reciente me ha tenido cinco días ingresado en el Hospital de Mendaro (OSI Debabarrena) y otros varios más en ingreso domiciliario. Enfermo y en una situación vulnerable -cuando uno no se sostiene, solo y con visitas restringidas- he constado en primera persona la profesionalidad, la humanidad y la calidad de atención de los equipos sanitarios en todos sus niveles. Hacen fácil lo difícil; atienden las tareas ajenos a vaivenes políticos, sociales o coyunturales. En la cresta de la segunda ola de la pandemia ninguno/a ha escatimado esfuerzos y se han volcado en atenderme, realizarme pruebas diagnósticas, calmar mi dolor, cubrir mis necesidades y ayudarme en mi recuperación.

Por ello, cuentan con mi gratitud, mi admiración y mi respeto tanto a su labor como a sus personas individuales. Con mi admiración desinteresada, sin alharacas, sin slogans, no aplaudiré esa labor hoy que tengo la vivencia reciente y la olvidaré mañana. Será una convicción sostenida en el tiempo que mantendré los 365 días del año; como la igualdad o la justicia y que no limitaré al gesto de una única jornada o situación concreta como tampoco lo hacen esos/as profesionales.

Esas jornadas me han servido para constatar que el sistema de protección al que contribuyo cumple su función, por ello me siento orgulloso de mi aportación al Régimen General de la Seguridad Social, de atender mis obligaciones sin escatimar, ya que al igual que todos/as los/as ciudadano/a además de derechos y prestaciones también tengo obligaciones.

Eskerrik asko Osakidetza y, en especial, a todo el personal de admisión, de urgencias, celadores/as, personal auxiliar, de limpieza, de enfermería y los/as médicos/as de distintas especialidades y equipos de atención domiciliaria de Mendaro. Chapeau!

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