El reciente fallecimiento de Marcos Ana, ha llevado a Simplicius a conocer esa figura extraordinaria de la cultura, del sufrimiento y de la nobleza humanas.

Tenía 19 años al terminar la siniestra Guerra Civil en la que participó en el bando perdedor. Preso, torturado y 23 años encarcelado, salió sin resentimiento alguno y si lo tenía no lo demostró, lo cual puede ser hasta más difícil y aún más noble.

Formidable poeta, lean ustedes su poema Decidme cómo es un árbol y sentirán que se les encoge el corazón. Agur Marcos Ana, cuando llegue al final de mi último viaje, me gustará encontrarte en el puerto.