Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, presidenta del PP de Madrid, ha sido nombrada candidata a la Alcaldía por Madrid, quizás no sea el último deseo de esta “política singular”.

Detengámonos un momento en su biografía: condesa de Bornos y grande de España, concejala en el Ayuntamiento de Madrid 1983-1996 ministra de Educación y Ciencia 1996-1999, presidenta del Senado 1999-2002, presidenta de la Comunidad de Madrid 2003 a 2012, fecha que anunció su retirada de la primera línea política. Desde el 27 de noviembre de 2004 es presidenta del PP de la Comunidad de Madrid.

Esta que se considera tenazmente liberal se encuentra escasamente a dos pasos de alcanzar la alcaldía de Madrid para ser a continuación candidata a la presidencia del Gobierno de la Nación. ¡Qué más puede sucederle a una persona “que destapó la trama Gurtel“ y resulta que dentro de ella se encontraban compañeros de gobierno y asesores de todo pelo.

Creo que ningún militante del PP que se precie estará encantado de ser señalado para bien o para mal por su dedo mayestático ya que dependiendo de los propios intereses de Esperanza Aguirre este caerá en el abismo más profundo sin posibilidad de salvación.

Es de esperar que el pueblo liso y llano, cuyo poder soberano se demuestra en las urnas sea lo suficientemente inteligente para decirle a esta acaparadora de puestos políticos que hará muy bien en dedicarse a sus nietos, por los que hace años antepuso el mantenerse de presidenta de la comunidad de Madrid.

Como hemos podido observar sus primeros pinitos en la política allá en el año 1983 fueron de concejala en el Ayuntamiento de Madrid, y hasta el momento actual no ha dejado un resquicio fuera de la política, por lo tanto es considerable que una persona que se precia “ del liberalismo clásico y del mercado libre “ deje paso a rostros nuevos en la política y se retire a sus cuarteles de invierno.

Sería hipotéticamente curioso poder leer las críticas que Esperanza Aguirre haría de aquella persona que persiguiese intereses parecidos a los de ella y después de tan largo recorrido por la política, cuando se ha dedicado a ir dejando cadáveres políticos a su paso por los pasillos de la política.