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Paradója monárquica

Ya desde un punto de vista etimológico la monarquía queda automáticamente en contraposición con vocablos como parlamentarismo, o régimen democrático, con lo que la costumbre de relacionar estos términos entre sí, refiriéndose a las monarquías parlamentarias, o a las monarquías democráticas son una paradoja en si mismo. Qué decir entonces de su aplicación, si ya desde su raíz no deja de ser un sinsentido, cómo puede de ese modo cohabitar un concepto como la democracia, que de por sí ampara la soberanía de las personas frente a la de unos pocos, con la idea de monarquía que per se defiende la legitimidad de la sustentación del poder de forma hereditaria y vitalicia en el cargo. Felipe de Borbón y Grecia tendría que haber presentado su candidatura en una lista electoral en unas elecciones libres, defienda su programa, y acepte la decisión de los electores.