El 17 de agosto de 1962, (se cumplen ahora 50 años), el joven Peter Fechter, acompañado de su amigo Helmut Kulbeik, intentó escalar el muro de Berlín, buscando la libertad. Ambos se habían escondido en un viejo taller cercano a la pared para observar el movimiento de los guardias y esperar el momento oportuno. Pretendían desplazarse rápidamente por aquel corredor (el corredor de la muerte), hasta alcanzar una pared más asequible, ya en la zona del Berlín occidental.

Lo intentaron con todas sus fuerzas, y aunque Helmut lo consiguió, Peter fue herido en la pelvis. Cientos de personas lo vieron. El infortunado Peter cayó en aquel corredor, entre gritos de dolor, solicitando ayuda, que no llegó, y de esa forma murió desangrado. Los testigos convocaron a más personas, y con aquella manifestación espontánea, aquellos guardias tuvieron que soportar la indignación de aquellas gentes que les llamaba asesinos. Al fin, tras una larga hora en que Peter permaneció allí abandonado, otros guardianes orientales recogieron el cuerpo del joven. Este trágico suceso hizo nacer la canción Libre de Nino Bravo; está dedicada a él. Aquella alambrada no era solo un trozo de metal. Peter quiso ser libre como el ave que salió de su prisión y podría al fin volar, y quizá pensó que aquellos cazadores uniformados tal vez ralentizaran el apoyo de su culata en el hombro para dar tiempo a un vuelo salvador. Pero no fue así.

Después de la reunificación, se construyó un monumento a Peter en el lugar donde cayó. Muchas conmemoraciones referentes al muro tienen lugar allí desde entonces.