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Christma navideño desde Baztan

Atorar más leña y alimentar el fuego bajo que el rayo ya rasgó el telón celeste y la lluvia deletrea su canto memorable, su punteo de danza ajeno a cualquier arte. Otear el ganado que apacienta en los prados, resbala en los caminos y embarra los atajos oyendo amamantar la nube al cauce alborotado. Atronar la tormenta que es el centro de todo el día que campea a lo largo e invade, mas hasta entonces se mantiene en el margen de ciento y una nubes tiradas por el viento. Sin ser nadie. Anclar la mirada a un fondo de robledales altos donde en un bies grisáceo se ha quedado atrapado el plano imperturbable sin oriente y poniente, sin cielo azul, sin profundidad ni sombras. Atrapado en su sede el tiempo eterno. Por ende inalcanzable.