Si mal no recuerdo, en las pasadas elecciones de mayo el partido más votado por Gipuzkoa no era partidario del proyecto de incineradora.

Ahora, y tras el pacto hecho con otro partido, dicen que aplazan la decisión seis meses y que luego se votará en las Juntas Generales, lo que quiere decir que es más que probable que el proyecto siga adelante, pues allí tienen mayoría los partidos que la apoyan. Recientemente, el exalcalde de Donostia, Odón Elorza, para criticar la gestión de la coalición que ahora preside el Ayuntamiento de Donostia, acuñó el nombre de Bildustán. ¡Y como no! Una de sus críticas más feroces con la que no estoy de acuerdo fue por el tema de la incineradora. Para quien ha seguido últimamente los acontecimientos en Gipuzkoa, el frenazo en este tema si bien en parte puede ser achacable a la coalición que hoy dirige la Diputación, también lo es a la herencia dejada. Por otro lado, abrir un debate sobre el tema creo que además de ser conveniente nos aportará más sensibilización sobre el tema.

El nuevo pacto firmado en esta materia me preocupa ya que aunque el ahora responsable de la Diputación en este tema, haya apostillado que las mancomunidades juegan también un papel importante y que no todo se decidirá en las Juntas Generales, la puesta en marcha de la incineradora puede traer a mi juicio un retroceso en las claramente mejorables medidas hasta ahora utilizadas para impulsar las tres erres. Es decir, reducir, reutilizar y reciclar, porque en el tema de los residuos, y dejando un poco de lado el salto cualitativo que supone la incineradora, lo que en el fondo hay es gente concienciada, por suerte mucha en Gipuzkoa, que quiere colaborar y otras que, seguramente por falta de concienciación, no quieren esforzarse por dejar a nuestros descendientes un mundo en condiciones.