El cardenal Rouco ha declarado que los peregrinos "fueron unos verdaderos cristianos, incluso cuando se metían con ellos", algo que "no había pasado en ninguna JMJ anterior". Quizá es la edad, o el deseo de que así fuera, lo que hizo olvidar lo que pasó en realidad al pobre Rouco, porque yo estuve, como él, en la JMJ de Santiago de Compostela, donde también hubo oposición.

Y erró también su Eminencia Reverendísima al hablar de buenos cristianos, y no buenos católicos porque los cristianos no derraman la sangre de sus oponentes. Al revés que los otros, en el medievo y en 1936-1939 y después. En Internet podría ver recogidas las imágenes de distintos oponentes sangrando, atacados incluso con navaja y por la espalda por agresores. Incluso había quien quería matar a los mal llamados anti-Papa. Esos, sí, partidarios del Papa, son, sin duda, papistas, pero jamás podrán ser calificados -diga lo que diga Rouco- como cristianos, partidarios de Jesús.