Ahora que todo ha terminado con final feliz, tengo la necesidad de aclarar algo. A lo largo de la temporada he tenido que soportar comentarios e insinuaciones despectivas acerca de mis escritos en este diario sobre la marcha de la Real. Se me ha tachado de negativo, pesimista, cenizo y mil cosas más. Como los que me conocen bien saben de qué pie cojeo, este mensaje lo dedico a los que me consideran "el malo de la película". Soy seguidor blanquiazul desde que D. Felipe de Arteche era presidente, o sea, "ascensorista". Nadie, absolutamente nadie, está cualificado para poner en duda mi fidelidad hacia la Real. Lo que ocurre es que trato de opinar con pragmatismo, equilibrio y sin apasionamiento. Postura que algunos han tratado de colar como antiblanquiazul. Mis críticas seguían una dirección constructiva.
He censurado diversos aspectos, tácticas y actitudes de conjunto e individuales, sencillamente porque ha habido motivos. Claro que también ha habido razones para los elogios pero comentar lo obvio no es noticia. Además, para cantar loas y alabanzas con música de violines, existen otras personas y otros foros. A mí me basta con que los lectores inteligentes hayan captado mi propósito, que no era otro que espolear a los encargados de tirar del carro (jugadores y técnico) que (a veces) se atascaba entre el desconcierto y la relajación.
He censurado diversos aspectos, tácticas y actitudes de conjunto e individuales, sencillamente porque ha habido motivos. Claro que también ha habido razones para los elogios pero comentar lo obvio no es noticia. Además, para cantar loas y alabanzas con música de violines, existen otras personas y otros foros. A mí me basta con que los lectores inteligentes hayan captado mi propósito, que no era otro que espolear a los encargados de tirar del carro (jugadores y técnico) que (a veces) se atascaba entre el desconcierto y la relajación.
He censurado diversos aspectos, tácticas y actitudes de conjunto e individuales, sencillamente porque ha habido motivos. Claro que también ha habido razones para los elogios pero comentar lo obvio no es noticia. Además, para cantar loas y alabanzas con música de violines, existen otras personas y otros foros. A mí me basta con que los lectores inteligentes hayan captado mi propósito, que no era otro que espolear a los encargados de tirar del carro (jugadores y técnico) que (a veces) se atascaba entre el desconcierto y la relajación.
Una cosa más. Si estas páginas continúan otorgándome su confianza, no pienso salirme ni un centímetro de la línea crítico-constructiva que he seguido hasta ahora. ¡Aúpa la Real, siempre!
Una cosa más. Si estas páginas continúan otorgándome su confianza, no pienso salirme ni un centímetro de la línea crítico-constructiva que he seguido hasta ahora. ¡Aúpa la Real, siempre!
Una cosa más. Si estas páginas continúan otorgándome su confianza, no pienso salirme ni un centímetro de la línea crítico-constructiva que he seguido hasta ahora. ¡Aúpa la Real, siempre!