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La incineración frente a los vertederos, no ante el 'puerta a puerta'

Tras las continuas afirmaciones realizadas a éste y otros diarios en los últimos días proponiendo comparar el sistema de recogida de residuos denominado puerta a puerta y el tratamiento final de la fracción resto de los residuos mediante la incineración, y con objeto de evitar confusiones que pueden llevar a conclusiones muy equivocadas, creo necesario manifestar lo siguiente:

Ambos conceptos no se pueden contraponer. El puerta a puerta es un tipo de recogida de la basura, que en su caso se deberá contraponer o comparar con el sistema de recogida mediante contenerización (o cualquier otro sistema por el que se opte). Ésta es una decisión de los ayuntamientos y mancomunidades. Y es evidente que sea cual sea el sistema de recogida por el que se opte, siempre, insisto siempre, va a quedar una parte de la basura que no se va a poder prevenir, reutilizar, reciclar ni compostar.

Y a partir de aquí, entramos en otro debate. Aunque debemos tender a reducir al máximo la fracción resto, es inevitable que ésta se produzca, por lo que debemos buscarle un destino final. Y nuestra responsabilidad es que este tratamiento final sea el más sostenible posible. Se utilice el sistema que se utilice (puerta a puerta o contenedores), reduciendo, separando y recuperando de las distintas fracciones de residuos, siempre quedará una parte que no se pueda reciclar, una cantidad que será destinada a un lugar "final", vertedero o incineradora. Y es ahí donde ya se planteó el debate entre las instituciones que nos representan a todos los guipuzcoanos: vertedero o planta de valorización mediante incineración. Había que elegir entre enterrar nuestras basuras o valorizarlas al máximo, y esta última ha sido la apuesta del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, que está integrado por todas las mancomunidades del territorio y ha sido la apuesta también de los técnicos y expertos de las mancomunidades y del propio Consorcio, que se han encargado del proyecto desde el primer momento.

Además, esto es a lo que obliga la jerarquía europea de residuos, en la que se fija que antes de mandar nada a vertedero hay que valorizarlo energéticamente, es decir, recuperar la energía de los mismos, que es lo que va a hacer la planta de Zubieta.

Se trata de un modelo que no es nuevo, ni experimental. Se está utilizando desde hace décadas en Europa y de forma creciente en todos los países desarrollados, sea cual sea el sistema de recogida selectiva de sus basuras que utilicen.

Joxi Etxezarreta

Director de GHK