Mientras en Álava, Bizkaia, Navarra y en la inmensa mayoría de comunidades de todo el Estado se cierra la caza de la becada el día 31 de enero con buen criterio y sentido común, aquí, en Gipuzkoa (gracias a la Diputación), los cazadores guipuzcoanos podrán seguir cazando la becada a partir de ayer lunes 1 de febrero, y someterla a mayor presión cinegética de lo que, por desgracia, ya está. Es sorprendente que estos permisos se concedan para cazar, entre otros lugares, en los parques naturales protegidos (patrimonio de todos) y que algunos los utilizan como si fuesen cotos de caza, importándoles bien poco la opinión del resto de la sociedad guipuzcoana que, por cierto, no es cazadora en su mayoría. Si a todo esto, añadimos a los matarifes cazadores furtivos (según Diputación, son tan pocos que no acaban con ellos) y a la escasa guardería forestal que existe, hacen de Gipuzkoa un territorio bastante nefasto en caza sostenible y a años luz en gestión medioambiental.
José Antonio Herrero Fernandez