Los fanáticos del cine de terror están de suerte. La casa en la que se grabó el filme "El silencio de los corderos" podría convertirse en una atracción turística y en una vivienda de alquiler. Este el proyecto de Chris Rowan, un diseñador de producción que se hizo con el edificio por 290.000 dólares.

Esta casa fue construida en 1910 en Perryopolis, un suburbio de Pittsburg localizado en el estado de Pensilvania (Estados Unidos). Está dotada de cuatro habitaciones, tres pisos y una superficie total de 215 metros cuadrados; además de un gran porche delantero, un baño completo, un vestíbulo y un comedor.

En cuanto al terreno, también cuenta con jardín, piscina y un garaje de cuatro plazas. Asimismo, el interior de la residencia conserva el mismo aspecto victoriano que aparecía en el reconocido thriller psicológico de Jonathan Demme.

Aparte, se está impulsando la idea de que los inquilinos puedan acceder al sótano en el que Jame Gumb (asesino en serie más conocido como Buffalo Bill) encerraba a las mujeres que secuestraba.

El nuevo propietario, experto en la decoración de sets para grabaciones tiene en mente llevar a cabo una recreación del taller de Gumb y una réplica del pozo en el que el criminal dejaba a sus víctimas. Y es que, este pozo solo existió en la ficción y no se encuentra disponible en la casa... aún.

Aunque todavía no se ha concretado el coste de arrendar toda la vivienda o uno de los cuatro dormitorios, ya hay un vídeo de YouTube que permite echar un vistazo a este inmueble.