Claves para evitar la pérdida de colágeno en la piel
“En verano, la radiación UVA penetra hasta las capas más profundas de la dermis y afecta negativamente la cantidad de colágeno, lo que puede reducir la firmeza con el riesgo de aparición de líneas de expresión y otros signos de envejecimiento”, explica María Esther García, farmacéutica
Con la llegada del verano aumentan las horas de exposición al sol, que a su vez puede afectar a la cantidad de colágeno de la piel, una proteína clave para mantener la firmeza, elasticidad y luminosidad. En este contexto, María Esther García, farmacéutica y colaboradora de Marnys explica que: “En verano, el impacto del sol sobre la piel es especialmente intenso. La radiación UVA llega hasta las capas más profundas de la dermis y afecta a la cantidad y calidad del colágeno de la piel, causando menos firmeza y la aparición de arrugas. Frente a ello, la mejor ayuda es una combinación de fotoprotección y apoyo nutricional”. Y es que, además de afectar negativamente a la cantidad de colágeno, la radiación UVA aumenta el estrés oxidativo.
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La alimentación con alto contenido en antioxidantes naturales es clave para potenciar los efectos del colágeno desde dentro. Estos compuestos actúan como escudo frente al daño solar, facilitando la reducción de la pérdida de las fibras de colágeno y favoreciendo la reparación celular. “Los radicales libres generados por la radiación solar son uno de los principales responsables del envejecimiento cutáneo. Por eso, durante el verano, es muy recomendable reforzar la dieta con frutas y verduras de temporada, como el tomate, las fresas o el pimiento rojo”, añade la experta. A estos se suman alimentos ricos en vitamina E, como los frutos secos y el aguacate, o en carotenoides como el betacaroteno de la zanahoria, que preparan la piel para la exposición solar y ayudan a mantener un tono saludable y uniforme.
Suplementos
Complementar la dieta con suplementos alimenticios puede ayudar al mantenimiento de la integridad de la piel. Estudios recientes han mostrado que la suplementación con colágeno hidrolizado puede favorecer la densidad dérmica y la elasticidad de la piel tras varias semanas de uso.
Este tipo de colágeno, al estar previamente descompuesto en péptidos más pequeños, se absorbe con mayor facilidad en el tracto digestivo y llega de forma más eficaz a los tejidos donde se necesita. “Lo que más nos preguntan en la farmacia es si el colágeno realmente funciona y cuál es el mejor tipo”, añade. “En estos casos, solemos recomendar colágeno hidrolizado puesto que tiene una mejor absorción junto a ingredientes como ácido hialurónico y vitamina C. La vitamina C contribuye a la protección celular del daño oxidativo y a la normal formación de colágeno en la pie”, indica.
También destaca que la presencia de otros nutrientes como la biotina o el zinc, que pueden aportar beneficios adicionales, ya que contribuyen al mantenimiento de la piel, el cabello y las uñas en condiciones normales.
En definitiva, combinar una estrategia nutricional adecuada con una buena rutina de cuidado externo, puede ser la clave para lucir una piel más saludable, luminosa y resistente durante los meses de más sol.
Otros hábitos imprescindibles
Además de la alimentación y los suplementos hay una serie de medidas básicas que no deben faltar en el día a día del verano:
Fotoprotección
Es importante tener en cuenta que eso que muchas personas denominan callo solar es un mito. Es crucial proteger nuestra piel siempre que nos expongamos al sol, en especial en la época veraniega.“En farmacia vemos cada vez más personas preocupadas por la pérdida de colágeno, pero pocas relacionan directamente ese deterioro con el sol. Usar protector solar a diario, incluso en días nublados, es el primer paso para mantener una piel joven por más tiempo”, indica María Esther García.
En cuanto al nivel de fotoprotección, la experta señala que varía según el tipo de piel, la intensidad de la exposición y el entorno. “Para la mayoría de las personas, un SPF 30 es suficiente en el día a día, pero en exposiciones prolongadas, época de verano o actividades al aire libre, se recomienda un SPF 50 o superior”.
Nunca está de más recordar que es mejor evitar la exposición al sol en horas críticas. Entre las 12:00 y las 16:00 horas, la radiación ultravioleta alcanza su punto máximo, lo que significa que el daño potencial sobre la piel es mucho mayor. Durante este periodo, los rayos UV penetran con más intensidad en las capas de la piel, acelerando la degradación del colágeno y favoreciendo el envejecimiento prematuro de la piel.
Ropa y accesorios como aliados
Además de la crema solar, contar con una barrera física puede marcar la diferencia. El uso de prendas ligeras, pero de manga larga, gafas de sol con filtro UV o sombreros ayuda a reducir significativamente la exposición directa a los rayos solares.
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