El acné es una afección cutánea común que afecta a personas de todas las edades, especialmente durante la adolescencia y en momentos de desequilibrio hormonal.

Aunque existen múltiples factores que influyen en su aparición —como la genética, el estrés o el uso de ciertos productos cosméticos— la alimentación también juega un papel importante. Si bien no existe una dieta universal para eliminar el acné, varios estudios han demostrado que ciertos alimentos pueden empeorar los brotes, mientras que otros ayudan a mantener la piel más limpia y equilibrada.

Estos son los alimentos que deberías evitar si tienes acné

Azúcares refinados y carbohidratos simples

Dulces, refrescos, pan blanco, pastas no integrales y cereales azucarados elevan rápidamente el índice glucémico en sangre.

Esto puede provocar un aumento en la producción de insulina, lo que a su vez estimula la producción de sebo y la inflamación, dos factores clave en la aparición del acné.

Lácteos (especialmente leche)

Varios estudios han encontrado una relación entre el consumo frecuente de leche —especialmente la descremada— y un aumento del acné. Esto podría deberse a las hormonas presentes en la leche de vaca o a su capacidad de estimular ciertas hormonas en el cuerpo humano que afectan la piel.

Comida rápida y ultraprocesada

Hamburguesas, patatas fritas, pizzas y snacks procesados suelen ser ricos en grasas saturadas, azúcares y conservantes.

Estos alimentos pueden aumentar los niveles de inflamación en el cuerpo y alterar la microbiota intestinal, lo que se refleja en la salud de la piel.

Hamburguesas Pexels

Chocolate

Aunque no todos los estudios concuerdan, algunos sugieren que el chocolate —especialmente el que contiene leche y altos niveles de azúcar— puede agravar el acné en personas predispuestas.

Se recomienda consumirlo con moderación y optar el chocolate negro con alto contenido de cacao y sin azúcar añadido.

Es importante saber que también existen alimentos recomendados para combatir el acné, y son los siguientes.

Frutas y verduras

Ricas en antioxidantes, vitaminas A, C y E, y compuestos antiinflamatorios, ayudan a combatir el estrés oxidativo de la piel y favorecen la regeneración celular.

Zanahorias, espinacas, arándanos, papaya y tomate son especialmente recomendables.

Ácidos grasos omega-3

Presentes en pescados como el salmón, las sardinas y el atún, así como en semillas de chía, linaza y nueces.

El omega-3 tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la aparición de brotes.

Probióticos y alimentos fermentados

El kéfir, el yogur natural (sin azúcar), el chucrut y el miso favorecen una flora intestinal saludable, lo cual está estrechamente relacionado con una piel sana.

Una buena salud digestiva puede disminuir la inflamación y mejorar la respuesta inmunológica de la piel.

Agua y té verde

Mantenerse bien hidratado ayuda a eliminar toxinas y mantener la piel flexible.

El té verde, en particular, contiene polifenoles que ayudan a reducir la producción de sebo y combatir las bacterias causantes del acné.

Estrategia efectiva

Aunque el acné tiene múltiples causas, cuidar la alimentación es una estrategia efectiva para mantener la piel en mejores condiciones. Evitar alimentos procesados y azucarados, y apostar por una dieta rica en vegetales, grasas saludables y probióticos, puede marcar una gran diferencia en la salud de tu piel.