A falta de algo más de tres minutos, Bitolo –nuevamente un dolor para el Super Amara Bera Bera– coloca el 24-21 en el marcador y parecía que el Málaga se iba a llevar el partido cómodamente, pero nunca hay que dar por muerto al equipo donostiarra, que en un abrir y cerrar de ojos se ponía a uno con goles de Etxeberria y Ogonovszky cuando tan sólo quedaban 70 segundos.
Fue entonces cuando el lanzamiento forzado de las locales lo paró Prades, las guipuzcoanas montaron la contra con la que podían empatar, pero el balón se perdió por la línea de fondo. No obstante, Karsten recuperó de nuevo la pelota, a falta de diez segundos, vio a Arroyo lejos, le envió el balón, pero la lateral, en un mano a mano con la portera no pudo concretar lo que hubiese sido el empate (24-23).
LA FICHA
Málaga 24
Super Amara 23
MÁLAGA Castellanos, Medeiros (1), Doiro (3), Berasategi, Cesáreo (1), Resende (5) y S. López (2) –siete inicial– Bitolo (9, 2p), Campigli (2), Lima (1), Sánchez, Vela, Cairo, Solano (p.s.).
SUPER AMARA BERA BERA Prades, Etxeberria (2), Arrojeria (3), Gavilán, Álvarez (1p), Karsten (1) y Louis (3) –siete inicial– Arroyo, Erauskin (1), Rodrigues (3), Tchaptchet (3), Ogonovszky (6), Hernández, Menéndez y Kostic (p.s.).
Parciales 3-2, 5-3, 6-4, 7-6, 9-8, 12-12 –descanso– 13-13, 16-15, 17-16, 22-20, 23-20 y 24-23.
Árbitros Raul Oyarzun y Aritz Zaragueta (Colegio Navarro). Excluyeron Tchaptchet, por el Super Amara Bera Bera.
Estas jugadas finales resumen lo que fue el partido disputado en Málaga. La primera parte fue dominada por el cuadro andaluz. El Bera Bera hacía la goma, pero en ningún momento se puso por delante y opciones tuvo para ello, pero los errores en el lanzamiento o las pérdidas de balón o posesión –nueve en la primera parte– lo impidieron. En cualquier caso, las sensaciones eran buenas porque el equipo lograba llegar a situaciones de lanzamiento claras. Otra cuestión es el acierto a portería, que, al igual que en Noruega, no fue el adecuado; muchos de los disparos desde seis metros los pudo detener Castellanos o se marcharon al poste o fuera, como el último de Arroyo.